Netflix quiere tu dinero (y lo está consiguiendo)
Tras prohibir la compartición de contraseñas, la plataforma ha eliminado la cuota más barata sin anuncios para los nuevos suscriptores
BarcelonaLa superpoblación de plataformas de streaming ha acelerado la competencia y de rebote ha provocado un goteo de subidas de precios y cambios en las condiciones de uso. La gran referente del sector, Netflix, siempre va por delante en esta cuestión y esta semana ha anunciado que los nuevos suscriptores ya no tendrán la posibilidad de elegir el cupo más barato sin anuncios, que desaparece de su oferta. Con esta medida, que se puso en práctica en verano en Estados Unidos y que ya ha llegado a España, los nuevos clientes tienen las siguientes opciones de suscripción: el plan estándar con anuncios de 5,99 euros al mes; el estándar sin anuncios por 12,99 euros al mes; y la premium por 17,99 euros. Así, el plan básico de 7,99 euros deja de estar disponible.
Con este cambio la plataforma de Ted Sarandos confirma una de las tendencias del sector: lo que ahora interesa es conseguir ingresos a través de la publicidad, ya que el techo de suscriptores se acerca. No es solo Netflix; a partir de noviembre Disney+ también ofrecerá un plan de suscripción con anuncios. En el caso de Netflix, los nuevos suscriptores que de ninguna manera quieran tener que pasar por el trámite de la publicidad –una incomodidad que recuerda a la televisión de toda la vida– no tienen una opción económica y tendrán que optar a toda costa por un plan de suscripción que superará los 10 euros.
Esta nueva medida se suma a la decisión de prohibir a los suscriptores compartir cuenta con amigos y familiares, una estrategia de presión que tenía como objetivo que todas aquellas personas que hasta ahora hacían un uso comunitario del servicio acabaran pagando su propia suscripción. Pese a las quejas y predicciones apocalípticas, Netflix parece que ha acertado: según los resultados del último trimestre, ha sumado 8,76 millones de nuevos suscriptores entre julio y septiembre, una cifra que ha excedido las previsiones de Wall Street, que pronosticaba 5,4 millones de nuevos clientes. La compañía ha achacado su crecimiento al éxito de su política para detener la compartición y a los planes con anuncios: asegura que los abonados a los planes con publicidad han aumentado un 70% de trimestre a trimestre. Añade que un 30% de los nuevos suscriptores optan por la cuota con anuncios, que no está disponible en todos los mercados (se puede contratar en Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, México y Reino Unido).
El servicio de streaming sigue siendo el que tiene más cuota de mercado, aunque sus series no gozan del favor de la crítica que sí tienen las de otras plataformas. En las nominaciones a los Emmy de ese año, por ejemplo, Netflix está en minoría. Como muestra, en la categoría de mejor drama solo ha colocado una de sus producciones, The Crown, mientras que HBO tiene cuatro (The last of us, Succession, The white lotus y La casa del dragón).
¿Qué ocurre con el resto de plataformas?
Netflix marca el paso del resto de plataformas y este otoño será el del aumento de precios. AppleTV+ acaba de actualizar su tarifa y subió en tres euros el abono mensual, que pasa de 6,99 euros a 9,99 euros, manteniendo la semana de prueba. Es la segunda vez que la compañía cambia sus precios desde que empezó a operar, en octubre de 2019: su cuota inicial era de 4,99 euros pero en otoño de 2022 ya pasó a costar 6,99 euros. A diferencia del resto de plataformas, la compañía no tiene previsto por el momento introducir publicidad en su servicio.
A partir del 1 de noviembre también estarán en marcha los nuevos planes de suscripciones de Disney+, que buscan aumentar los ingresos. Hasta ahora, la cuota mensual de Disney era de 8,99 euros. A partir del próximo mes el usuario podrá escoger entre tres opciones: se mantiene el plan de 8,99 euros y se añaden dos más, un plan con anuncios por 5,99 euros al mes y uno premium de 11,99 euros. La situación de Disney es más precaria que la de Netflix. Sus últimos resultados mostraban una pérdida de 11 millones de suscriptores en todo el mundo en el trimestre que terminaba en julio (se ha quedado en 146 millones de suscriptores). Para conseguir que el servicio de streaming sea rentable, Bob Iger, director ejecutivo de Disney, ha priorizado obtener más dinero de los suscriptores y la publicidad subiendo las cuotas en mercados como el norteamericano –a finales de año el plan estándar sin publicidad pasará de 8 a 11 dólares– más que en atraer a nuevos clientes. Iger también planea seguir los pasos de Netflix y prohibir la compartición de cuentas entre personas que no viven en la misma casa.
Una estrategia habitual en el lanzamiento de plataformas es aterrizar con ofertas atractivas y muy económicas para, posteriormente, empezar un incremento progresivo de los precios. Según un análisis elaborado por Kelisto.es, un comparador de precios, los servicios de streaming han subido los precios una media de un 82% desde su llegada a España. Netflix desembarcó en 2015 con un plan estándar de 9,99 euros que ahora cuesta 12,99 euros (+30%) y un premio de 11,99 euros que ahora cuesta 17,99 euros (+50%). En este período el coste de la vida se ha encarecido un 21,1%.