ÒSCAR ORDEIG: “La sociedad se ha alejado demasiado de la producción de alimentos y del mundo rural”
Consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación
El presidente Salvador Illa nombró públicamente a sus nuevos consejeros el pasado 11 de agosto. Òscar Ordeig figuraba en la lista como titular de Agricultura, Ganadería y Pesca. A pesar de haber nacido en Vic (en 1978), ha estado siempre vinculado a la demarcación de Lleida como asesor del grupo del PSC en la Diputación, concejal en la Seu d'Urgell y primer secretario de la federación socialista en Lleida. Más vinculado al mundo del deporte y al de la administración de empresas, asume la conselleria como un regalo.
Han pasado ya los cien primeros días de amabilidad y buenos tratos. ¿Se espera pronto los primeros palos?
Hablemos primero de percepciones.
Hablemos.
Estoy honrado de desarrollar esta responsabilidad. Me siento afortunado de representar al sector agroalimentario catalán. Siento una gran responsabilidad desde el primer día y lo de los cien días lo encuentro un concepto artificial.
¿En qué sentido?
Desde el primer día hemos estado trabajando en la brecha. Escuchando, alrededor, preguntando... sobre todo para explicar las prioridades de esta nueva etapa.
Hablando de prioridades, una de las primeras grandes decisiones es haber desvinculado al sector agroganadero del medio ambiente, como se hizo antes con Acción Climática. ¿Se ha hecho justicia en el sector?
Nuestro mensaje es que lo haremos todo para defender la agricultura, la ganadería, la pesca, la alimentación y el mundo rural. Estamos en un cruce de caminos, en unos momentos de grandes cambios en el mundo, en Europa y en Cataluña, y no puede que toda la cadena de valor de producción de alimentos no tenga una estrategia muy clara, con acciones muy concretas, con el presupuesto necesario y con toda la atención para que esto vaya bien.
¿El anterior gobierno cometió, pues, un error vinculante ambas áreas?
No sé si la fórmula anterior fue peor o mejor. El tiempo nos lo dirá. En todo caso, hemos creído que era necesaria una consejería específica de Agricultura. Y esto no está reñido con cooperar con el resto de departamentos, porque todos compartimos un concepto de país conjunto y nos entenderemos por el bien del sector y del país. Estamos en un mundo que no entiende de fronteras administrativas.
La Generalitat afrontó hace un año unas manifestaciones muy duras del sector. ¿Se ha reconducido bien ese malestar?
La gente dijo bastante a algunas dinámicas que no iban suficientemente bien. La sociedad se ha ido alejando del mundo primario, de la producción de alimentos y del mundo rural. Y esto no puede ser. La administración pública a veces tampoco da respuesta de forma suficientemente rápida y adaptada a la actividad agroalimentaria.
¿Existe la confianza de que no volverá a suceder?
Lo que debemos hacer nosotros es escuchar. Cuando hay una sensación de menoscabo o una preocupación porque las cosas no van bien, la administración debe pensar hacia dónde debemos caminar y pactar con el colectivo para mejorar su situación.
¿Cómo, por ejemplo?
Pues con la simplificación administrativa o evitar ser excesivamente puristas con la producción agraria de aquí y, sin embargo, ser demasiado laxos con las importaciones. Pero también debemos ser serios.
¿A qué se refiere?
Pues que hay prácticas que debemos mejorar y explotaciones que, si no aplicamos cambios, dejarán de ser viables. ver qué política agraria común queremos para el futuro y ser capaces de ir a la par para defenderla. Lo que podamos hacer en los próximos meses nos determinará.
Una de las grandes preocupaciones de los ganaderos es la fauna salvaje, como la reintroducción del hueso y la aparición del lobo en el Pirineo. ¿Cómo los calmamos?
Nos piden que ponemos límites y criterios claros. ¿Qué población queremos de huesos y lobos? Pongamos un límite. Pero la coexistencia pasa sobre todo por definir muy bien qué ocurre cuando hay un ataque: ponemos medidas de protección para los rebaños y un proceso bastante ágil de peritaje y pago de los daños. En breve presentaremos una propuesta de mejora de todo este procedimiento.
Por lo que se refiere a la sequía, se critica mucho que el sector primario sea siempre más sacrificado, en comparación con otros como el turístico y el industrial.
Mi mensaje es el siguiente: sea quien sea que no haga los deberes de mejora en el consumo de agua, cuando vengan restricciones lo tendrá mucho peor que el resto. Se deben priorizar aquéllos que hacen un buen uso del recurso.
¿Por qué las restricciones son siempre más duras para los campesinos?
Cataluña tiene el problema de no haber generado la infraestructura hidráulica necesaria para realizar una buena gestión del agua. El 45% de nuestra superficie de riego no está modernizada y, por tanto, nosotros actualizaremos el plan de regadíos de Cataluña, que lleva cuatro años caducado, y haremos un plan hasta el 2040 para enfocar la modernización del conjunto de regadíos catalanes y el ahorro. A esto le sumaremos la incorporación de nuevos riegos a partir de agua regenerada en depuradoras, que esto ya se está haciendo, y con la desalación.
Parece que queramos regarlo todo. ¿Existe un tope?
Evidentemente, no lo regaremos todo porque no hace falta. Pero el debate no es ese. No se trata de decir riego sí o riego no. Como tampoco sería un debate entre agricultura ecológica o convencional. Esto es situarnos en los extremos. Se trata de aplicar tecnología, mejorar la eficiencia.
Me inquieta que las reivindicaciones de eficiencia, competitividad e internacionalización que defiende acaben aniquilando el modelo familiar de producción.
Nada es blanco o negro, sino un equilibrio de sectores. Pero también diré que el eslabón más débil de toda la cadena son las explotaciones pequeñas y familiares, que a la vez son imprescindibles en la cadena de la alimentación. Si desaparecen, nos lo cargaremos todo. Por eso debemos darles herramientas y plataformas conjuntas para que sean competitivas y ayudas para que se puedan modernizar.
La conselleria vuelve con usted a manos de un político leridano. ¿Es un área que les pertenece?
Lleida es allí donde existe el mayor número de explotaciones agrarias y ganaderas de Cataluña y también es un territorio con la mayor extensión.