Biodiversidad

El pájaro que frena los parques eólicos

La protección del águila perdicera ha impedido hasta ahora la instalación de aerogeneradores, pero el gobierno ha rebajado las restricciones

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Un ejemplar de águila perdicera

TarragonaCada vez que una empresa solicita un permiso para instalar molinos o placas fotovoltaicas en el territorio, el departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural analiza si puede tener consecuencias negativas para el medio natural. Y, en la mayoría de los casos, las propuestas chocan con el águila perdicera, el ave rapaz más protegida de Catalunya. Si el terreno donde se quieren levantar los molinos o instalar las placas es cercano a algún nido de las 80 parejas contabilizadas, la propuesta queda rechazada inmediatamente. Si está en la zona de caza de esta ave, dependerá de la distancia.

Este animal se considera una especie paraguas, es decir: la conservación de su hábitat garantiza la conservación de otras muchas especies de fauna y flora, muchas de ellas protegidas y amenazadas, que viven en el mismo ecosistema. "El águila perdicera es el principal motivo para desestimar este tipo de instalaciones, sobre todo en Tarragona y los límites con Lleida y Barcelona, que es donde se localizan la mayoría de parejas", explica Joaquim Esteller, técnico de Defensa Ambiental del Grupo de Estudio y Protección de los Ecosistemas Catalanes (GEPEC).

Esta protección, sin embargo, choca con la necesidad de apostar por la descarbonización y buscar energía renovable y también con los intereses del sector, que considera que se está haciendo un grano demasiado. "Más de 20 años de experiencia en despliegue de energía eólica en el Estado demuestran que las colisiones de aves con aerogeneradores son muy pocas", dicen fuentes de Eoliccat, la patronal de las empresas del sector. De hecho, la principal causa de muerte de las aves son por los encontronazos con las líneas de alta tensión. Desde hace tiempo se reclama que se deje de utilizar el sistema Kernel, que es el método que determina cuál es el área a proteger para no afectar a las aves, y se utilice el método matriz, que es más permisivo. Y se ha conseguido una pequeña victoria: desde enero, en algunos casos concretos y siempre que haya distancia suficiente, se utiliza el sistema matriz "para acabar de afinar y concretar la reubicación de aerogeneradores o placas solares fotovoltaicas", según explica el director general de Políticas Ambientales y Medio Natural del departamento de Acció Climàtica, Marc Vilahur.

Esta modificación de criterio ha permitido sacar adelante algunos proyectos, pero ha obligado al promotor a aplicar correcciones. El cambio preocupa a las entidades ecologistas. "En Aragón, donde se han instalado muchos más molinos y placas solares, estamos viendo que las bajas en fauna son un disparate", insiste Esteller. En 2021, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca (que depende del gobierno aragonés) tuvo el doble de ingresos de animales de especies protegidas: 6.129 ejemplares. Y el 40% habían topado con un aerogenerador.

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