Más y peores oleadas de calor: los efectos del deshielo en Cataluña

Un estudio internacional augura veranos más duros de lo previsto por el aumento del agua dulce en el norte del océano Atlántico

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Un niño se refresca del calor, en una fuente de Barcelona, este mediodía

BarcelonaEl cambio climático es ya una realidad en Cataluña. Las temperaturas más altas de lo normal, los fenómenos cada vez más extremos y la más larga sequía desde que se tienen registros son algunos de los indicadores que auguran un futuro poco optimista para Europa en las próximas décadas. Ahora, un estudio realizado por un equipo de científicos internacionales del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) del Reino Unido sugiere que las malas previsiones a largo plazo pueden ser aún peores de lo inicialmente previsto. Los investigadores han constatado que el factor que provocará más y peores oleadas de calor en verano es el deshielo en el océano Atlántico. Y en el mapa de territorios europeos más vulnerables a este cambio, Cataluña ocupa un sitio de gran vulnerabilidad.

El informe, liderado por la investigadora Marilena Oltmanns y publicado en la revista Weather and Climate Dynamics, concluye que la derrota del hielo que flota en el Atlántico Norte debido al calentamiento global –causado por las emisiones de gases contaminantes– es clave en el aumento de la temperatura en toda Europa, sobre todo en las áreas bañadas por el mar Mediterráneo. Según los datos recopilados por los investigadores, el aumento del deshielo aumentará la cantidad de agua dulce en esta zona del océano, lo que puede derivar en un cambio climático más acusado y acelerado en todo el continente europeo. De acuerdo con esta investigación, en los próximos años el deshielo y el incremento de la cantidad de agua dulce que implica este proceso puede provocar cambios en las corrientes marítimas y generar unas condiciones atmosféricas más propensas al aumento de las temperaturas. De esta forma, el NOC anticipa que los próximos veranos serán más cálidos y con oleadas de calor más recurrentes, especialmente en el sur del continente.

No cabe duda de que la zona del Mediterráneo es una de las áreas del mundo más afectadas por el cambio climático y el calentamiento global debido a sus características climatológicas. Y todo apunta a que Catalunya será uno de los países más perjudicados en este empeoramiento de las previsiones que vaticina el estudio del NOC. En este sentido, las oleadas de calor y las fuertes calorías que han aumentado en los últimos años se harían más frecuentes y serían aún más duras en un futuro, más de lo inicialmente calculado. A modo de ejemplo, los extraordinarios 45,3 °C alcanzados en Figueres (Alt Empordà) el pasado verano y que significaron un nuevo récord absoluto de calor en el país serán más fáciles de alcanzar o superar en las zonas más cálidas de cara a los años que vienen.

Aumento de los fenómenos extremos

De confirmarse el extremo augurado por el estudio –que en un futuro a medio y largo plazo las oleadas de calor y las caloradas serán más frecuentes e intensas–, la temperatura del agua del mar incrementaría aún más. Y hay que tener en cuenta que este indicador ya ha batido recientemente récords en verano. Pero, ¿qué puede acarrear este cambio para los catalanes? Este fenómeno comportará la desaparición de especies autóctonas de la flora y fauna marinas y el aumento de la presencia de especies invasoras, así como alteraciones en el clima, que se verá especialmente perjudicado por este cambio térmico marino.

El tiempo de verano europeo relacionado con anomalías de agua dulce del Atlántico Norte.

El contexto es clave para entender estos futuros comportamientos. El agua del Mediterráneo alcanza su temperatura máxima a finales de verano y en otoño, lo que hace que, cuando llegan gotas frías o DANA, la combinación de aire frío en altura con el agua caliente procedente del mar detone un cóctel explosivo que termina con la formación de temporales de lluvia abundante o fuertes tormentas. Siguiendo esta tendencia, un aumento de la temperatura del mar en los próximos años implicará un incremento de la fuerza de estos temporales y de las tormentas de cara al verano y del otoño, ya que el principal combustible de estos fenómenos violentos, el agua del mar, estará mucho más caliente.

A lo largo de los últimos años ya se han vivido pequeños huracanes en el Mediterráneo, sobre todo en latitudes más bajas como el sur de Grecia. Son los conocidos como Medicanos, que son borrascas muy profundas con un ojo en medio, como los huracanes de las zonas tropicales del planeta, y que cada vez serán más frecuentes, también en las costas cercanas a Cataluña. El ya histórico temporal Gloria de enero de 2020 ya fue un aviso para navegantes. Por tanto, y siguiendo los datos de este estudio, el deshielo acelerado en el ártico agravaría aún más este tipo de temporales extraordinarios y haría subir aún más rápidamente el nivel del mar. Esto obliga a tomar medidas de prevención.

Más incendios forestales

Otra de las consecuencias que pueden ser devastadoras son los incendios forestales. Estas temperaturas tan elevadas resecarían mucho más el terreno y harían que las sequías afectaran cada vez más a campos y bosques, y los hicieran más áridos. Estas condiciones extremas provocarían un claro bajón de la humedad, lo que implicaría el resentimiento de muchas especies animales y vegetales y un aumento del riesgo de fuegos forestales de gran magnitud.

Los nuevos datos científicos obtenidos por el centro británico también pueden hacer variar la previsión de aumento de la temperatura media en Cataluña de cara a las próximas décadas. Si hasta ahora se trabaja con uno la idea de que el aumento global sería de 0,7 o 2,1 grados en el año 2050 respecto al período que va entre los años 1971 y 2000 (según las proyecciones del Meteocat), los datos del nuevo estudio podría hacer variar al alza esta previsión.

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