El PP vuelve a cometer el error del Estatut

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El líder  del PP, Pablo Casado, este martes.

El Partido Popular empezó ayer la recogida de firmas contra los indultos a los presos políticos catalanes, en una iniciativa calcada a la que ya llevaron a cabo en 2005 contra el Estatut. El propio partido distribuyó imágenes de la primera mesa petitoria instalada en Madrid (con el detalle de las botellas de gel hidroalcohólico con la bandera de España) y puso en marcha una web donde se puede firmar online. El PP, pues, vuelve a agitar la catalanofobia, en este caso disfrazada de respecto a la justicia y la ley, con el único objetivo de erosionar el gobierno de Pedro Sánchez y sacar provecho electoral.

Por desgracia, no se puede decir que sea una sorpresa. Al PP nunca le ha interesado nada más que desgastar el gobierno de turno cuando está en la oposición, aunque sea al precio de incendiar la convivencia de esta España que dicen defender tanto. Todo el mundo recuerda las imágenes de la gente firmando "contra Catalunya" en varios puntos de España, en un proceso que acabó distanciando todavía más las dos opiniones públicas y que está en la base del crecimiento del independentismo a partir de esos años.

Lo que pasa es que el gesto de ahora es mucho más grave que el de 2005. En primer lugar porque aquí no se trata de una iniciativa exclusivamente de carácter político como era el Estatut, sino que hay un componente humano, de unas personas que están sufriendo unas penas de prisión que, según han dicho dos miembros del Tribunal Constitucional, son "desproporcionadas".

De hecho, todavía es más escandaloso porque muchos miembros del PP reconocen en privado que la prisión de los dirigentes políticos y sociales independentistas no ayuda en nada a la resolución del problema. Una gran mayoría admiten que la recogida de firmas de 2005 fue un error. Y el propio Pablo Casado, durante la campaña del 14-F, hizo autocrítica de cómo había gestionado el PP el 1-O y llegó a decir que él no quiso comparecer ese día porque no estaba de acuerdo. Pero ahora resulta que, por miedo a que Vox le tome la bandera de la oposición a los indultos, Casado vuelve a cambiar de chaqueta (de radical a moderado, de moderado a radical, etc.) y se vuelve a poner el traje de pirómano.

La guinda del pastel será la presencia de Casado, Inés Arrimadas (Cs) y Santiago Abascal (Vox) a la manifestación convocada para el domingo 13 de junio en Madrid contra los indultos, en una repetición de la foto de Colón de febrero de 2019, cuando los tres partidos se manifestaron contra el diálogo entre el presidente Pedro Sánchez y el entonces president de la Generalitat, Quim Torra. Tanto el PP como Cs han reconocido que esa fotografía les hizo daño y benefició sobre todo a la extrema derecha. Aún así, estos partidos son incapaces de desmarcarse de los ultras y su discurso de odio contra los independentistas, contra los inmigrantes o contra las feministas. Al contrario, lo que hacen es legitimar su discurso y profundizar en la fractura social en España. En el caso de Arrimadas y Cs, esta fotografía puede ser el preludio de la desaparición total de un partido que se quiso vender como de centro liberal y ha acabado abrazado a la derecha más rancia.

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