El príncipe Enrique se reúne casi una hora con Carlos III después de saberse que el rey sufre cáncer
El monarca mantiene la "buena forma habitual" superada la primera sesión de tratamiento, según la prensa británica
LondresDieciocho horas frenéticas para la monarquía británica. El príncipe Enrique se ha encontrado este martes al mediodía con su padre, el rey Carlos III, en Clarence House, la residencia privada del rey en Londres, a un centenar de metros del Palacio de Buckingham. Enrique ha ido inmediatamente después de aterrizar en el aeropuerto de Heathrow procedente de Los Ángeles y han hablado durante casi una hora. Enrique no veía al monarca desde hacía nueve meses, durante los actos de la coronación. El príncipe ha volado durante la noche desde California, después de que el rey Carlos III le comunicara ayer lunes, con una llamada telefónica, que tiene cáncer.
Poco antes de decírselo, el monarca también había informado personalmente a su heredero, el príncipe Guillermo, yva media tarde las instituciones del país y la opinión pública británica tuvieron que asumir un verdadero shock cuando se hizo pública la enfermedad del jefe del estado con un comunicado oficial de la casa real. Hace solo diecisiete meses que Carlos III, de 75 años, reina, después de haber esperado siete décadas para ocupar el trono. Y hace solo nueve que fue coronado junto a Camila.
El rey mantiene la "buena forma habitual" tras someterse a la primera sesión del tratamiento, pero sigue "un poco frustrado" por el impacto que su diagnóstico ha tenido en el resto de la familia y en el país, según aseguran medios británicos. El rey ha pasado esta noche en Clarence House, después de haber completado la primera sesión del tratamiento al que periódicamente deberá someterse durante un tiempo que, por el momento, no se ha especificado. Con posterioridad al encuentro con Enrique, Carlos III y la reina Camila se dirigieron al Palacio de Buckingham desde donde tomaron un helicóptero para volar a Sandringham, la finca del condado de Norfolk, al este de Inglaterra, donde Carlos pasa tradicionalmente los primeros dos meses del año, siempre que no tenga que atender otras obligaciones.
La llegada del duque de Sussex, que hace cuatro años renunció a la realeza junto a su esposa, Meghan Markle, ha disparado todo tipo de especulaciones entre los comentaristas que siguen a la casa real británica. Y una de las más comentadas es la posibilidad de una reconciliación o, al menos, que la visita sirva para aliviar las tensiones familiares vividas, especialmente entre los hermanos.
En este sentido, la prensa británica más entusiasta de la monarquía no pierde la ocasión de demostrar su misoginia y dispara contra Meghan Markle como gran responsable de la ruptura de una familia que quiere presentarse como modélica. Hugo Vickers, uno de los muchos autores de libros sobre la monarquía, aseguró a las cámaras de Sky News que la precipitación de los eventos podría funcionar como "tónico". E Ingrid Seward, otra biógrafa real, aseguró que "a menudo es necesaria una enfermedad, o la muerte, para soldar estas relaciones familiares tan complicadas".
¿Cuál es el verdadero diagnóstico?
Pero aparte de especular sobre los efectos de la presencia de Enrique en Londres, el gran asunto que sigue encima de la mesa, y que por ahora no se ha resuelto, es cuál es el tipo de cáncer que sufre Carlos III y qué pronóstico puede tener. El palacio de Buckingham no ha querido especificarlo, en el comunicado emitido ayer, alegando la privacidad del paciente. En este sentido, sin embargo, el primer ministro británico, Rishi Sunak, ha revelado este martes por la mañana, en una entrevista con la BBC, que la enfermedad del monarca se ha detectado en un "estadio inicial", lo que se considera tremendamente positivo. Sunak también ha dicho que todo el mundo espera que el rey "reciba el tratamiento que necesita y se recupere completamente". El jefe de gobierno ha indicado, igualmente, que está "en contacto regular con él" y que seguirá comunicándose "con normalidad". De hecho, de momento, el rey solo ha suspendido su actividad pública, porque en principio seguirá despachando sus asuntos habituales.
A partir de la única información concreta facilitada por las fuentes oficiales –que el cáncer no es de próstata y que se ha detectado mientras el monarca se trataba de una afectación benigna en este órgano–, lo lógico sería "asumir que es un cáncer en la misma zona, y lo más probable entonces sería un cáncer de colon", según un especialista en investigación sobre el cáncer consultado por el ARA. El cáncer de colon es el cuarto tipo más frecuente y supone el 14% de todos los cánceres diagnosticados en varones de más de 75 años en Reino Unido. Pero la misma fuente asegura que "con el secretismo que envuelve el caso, es difícil hacer pronósticos" concretos. En la práctica, podría ser cualquier otro tipo de cáncer. A la edad del rey, el de vejiga y el de pulmón también son frecuentes, aunque están muy relacionados con el tabaco, y Carlos III nunca ha sido un gran fumador. De hecho, siempre se ha explicado que probó los cigarrillos con 11 años, en la escuela, y que con eso le bastó.