Homenotes y danzas

El químico controvertido que da nombre a todo un barrio de Esplugues

Josep Vidal Ribas fue acusado de tráfico de esclavos por las autoridades británicas en dos ocasiones

Josep Vidal Ribas
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  • (1814-1870)

Quizás a menudo se ha preguntado por el origen de la denominación del barrio de Can Vidalet, en Esplugues de Llobregat. De hecho, en el mismo barrio hay un parque homónimo, el Parque de Can Vidalet, un pulmón verde de casi cuatro hectáreas. La respuesta a todo ello la encontramos en una finca familiar que desde 1863 había en la zona: Josep Vidal Ribas, empresario fundamental de la Cataluña del siglo XIX con actividad en diversos sectores, sobre todo el químico.

No resulta nada fácil zambullirse en la vida personal de Vidal Ribas porque su hiperactividad mercantil fue acompañada de una extrema discreción en lo que se refiere a su vida personal, por lo que los detalles que nos han llegado son más bien escasos. Uno de los motivos es que, a diferencia de muchos empresarios de su época, Vidal Ribas no entró en política ni asumió roles destacados en la sociedad civil fuera de la economía. Los primeros pasos los dio como comerciante de productos químicos (lo que se conocía como drogas) en el centro de Barcelona, ​​en la calle Vidrieria, muy cerca del Born. Más tarde trasladó el negocio al Palau Dalmases de la calle Montcada, donde coincidió con dos empresarios que dejarían marca: Joaquim Alomar Font y el andrenense Joan Uriach Feliu, que acababan de sentar las bases de lo que hoy es la gran farmacéutica Uriach.

La confirmación del ascenso social de Vidal Ribas se reflejó en su entrada como vocal en la Junta de Comercio de Barcelona (1842), una entidad creada en 1758, pero vinculada a organizaciones anteriores desde 1692. Dos años después del nombramiento entró a formar parte como accionista del Banco de Barcelona, ​​una entidad de mucho peso. También en el sector del dinero, en 1856 se unió al empresario Antoni Brusi Ferrer, propietario del Diario de Barcelona, para crear la Sociedad Catalana General de Crédito, un banco de inversión destinado a financiar el mundo empresarial catalán, sobre todo el sector ferroviario. En esa aventura fue acompañado por otros grandes financieros del momento como Josep Jover Sans e Isidor Pons Roura.

También en esa época empezó las actividades comerciales con el otro lado del Atlántico, triangulando entre Barcelona, ​​Guinea española y América. El primer viaje formal (1855) terminó mal porque fue detenido por las autoridades británicas bajo la acusación de tráfico de esclavos. La denuncia no fue demostrada y Vidal Ribas fue indemnizado. Pese a este comienzo, su actividad mercante aumentó en los años siguientes. Los principales productos con los que comerciaba eran vino, aguardiente y aceite de palma, pero pronto volvió a ser interceptado por los ingleses. En esta segunda ocasión, los tribunales consideraron que sí había motivos para creer que Vidal Ribas y sus socios tenían previsto dedicarse a los esclavos, lo que acabó comportando el cierre del negocio con pérdidas muy significativas. Por cierto, en uno de estos procesos el abogado de nuestro protagonista fue nada menos que Laureà Figuerola, el hombre que años más tarde pasaría a la historia por ser el creador de la peseta. En la recta final de su vida, Vidal Ribas se había situado ya entre los principales contribuyentes de la ciudad de Barcelona, ​​lo que da una idea de su fortuna. Una vez que las murallas de la ciudad habían caído, actuó también como promotor inmobiliario de la zona de expansión a través de la sociedad Foment de l'Eixample. Su hijo se hizo edificar la Casa Vidal Ribas (1863-1963) en el paseo de Gràcia, 19, donde hoy se encuentra la Bolsa de Barcelona (la propiedad original fue derribada para situar la sede del Banco Exterior de España).

Tras su muerte, el negocio pasó a manos de sus hijos y siguió creciendo, añadiendo los productos coloniales a los tradicionales de droguería. Esta segunda generación dio un salto adelante porque lideraron la Compañía Anónima de Productos Químicos (1881), una fusión de varias firmas del sector que se constituyó en la primera gran empresa del ámbito químico en Cataluña. Uno de los nietos, José Vidal-Ribas Güell, fue presidente interino del Barça dos veces, en 1942 y 1953.

En los últimos años, la figura de Josep Vidal Ribas se ha visto afectada de lleno por la ola de revisionismo histórico por lo que su pasado como tratante de esclavos ha comportado que la calle que tenía su nombre en Esplugues haya cambiado de denominación, una circunstancia que es probable que se repita pronto en Sant Feliu de Llo.

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