Literatura

"Lo que quita la libertad a las mujeres de ahora no es el matrimonio, sino los hijos"

Luz Gabás y Cristina Campos, ganadora y finalista del premio Planeta, hablan de sus novelas

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Luz Gabás y Cristina Campos, durante la gala de los premios Planeta

BarcelonaEl premio Planeta obliga a digerir la emoción de la victoria a una velocidad vertiginosa. Después de la rueda de prensa posterior al anuncio del galardón –celebrada el sábado a la medianoche en el MNAC–, Luz Gabás y Cristina Campos se tuvieron que retirar a una hora prudente. A primera hora de la mañana del domingo empezaba la promoción de los libros, que a pesar de no publicarse hasta dentro de un mes ya han sido motivo de decenas de entrevistas.

"Tengo la sensación de que nos lo pasaremos bien juntas", avanzaba la ganadora, Gabás, a la una de la madrugada antes de dar la mano a Cristina Campos, la finalista. Al día siguiente, las dos han profundizado en sus novelas sin evidenciar el cansancio. "Lejos de Luisiana casi me ha costado la salud –ha admitido Gabás–. Más que una novela, es todo un cosmos. Recoge los últimos cuarenta años del siglo XVIII en un territorio que era colonia francesa, española e inglesa. Hay una cantidad muy grande de personajes: colonos, criollos, comerciantes, religiosos, esclavos africanos... El gran reto era conseguir equilibrar los datos históricos y la literatura". Gabás se ha permitido –como en anteriores ocasiones– imaginar una historia de amor que rompe moldes. Los protagonistas son un nativo indio y una francesa. "En un primer momento puede parecer que son muy diferentes, pero en la Luisiana de la segunda mitad del siglo XVIII la diversidad abundaba –ha comentado la autora aragonesa–. Es una historia de amor verosímil, coherente y deseable".

Una infidelidad truncada

El amor en todas sus variantes es lo que inspiró a la barcelonesa Cristina Campos a escribir la segunda novela. "Historias de mujeres casadas está protagonizada por tres mujeres que trabajan en una revista de moda –ha avanzado–. De todas ellas, la más central es Gabriela, periodista, esposa y madre. Un buen día, se enamora de otro hombre y empiezan una relación. Gabriela podría separarse de su marido porque no depende de él económicamente, pero no lo hace porque quiere demasiado a su hijo". Campos, que debutó en 2016 con Pan de limón con semillas de amapola, está convencida de que la "infidelidad de las mujeres es más sutil" y "se basa en el amor y el deseo". Con todo, la pasión no siempre gana. "Lo que quita la libertad a las mujeres de ahora no es el matrimonio, sino los hijos", afirma. El vínculo de la novela con el cine –Campos es directora de casting y guionista– se hace evidente en los títulos de cada capítulo, homenaje a películas que han marcado a la autora. "Querría que el tono del libro se encontrara entre Woody Allen e Ingmar Bergman", aventura.

Tanto Luz Gabás como Cristina Campos comparten la voluntad de "conmover al lector" cuando escriben. Gabás, además, lo hace ambientando las historias en tiempos pasados. "Todas las novelas que escribo parten de la curiosidad por un tiempo y un espacio –dice–. En este caso me pregunté por lo que había pasado en una zona de Estados Unidos y en un momento en el que hay pocas novelas y películas que lo expliquen. Había leído El último mohicano, de James Fenimore Cooper, que está ambientada en 1757, y conocía también las ficciones ambientadas en el Oeste durante el siglo XIX. Mi voluntad era llenar el vacío que quedaba en medio. Esos cuarenta años son apasionantes: están llenos de cambios de bando, de tensiones y ambiciones. Mi intención era explicar la batalla entre la pasión y la razón". ¿Cuál de las dos se impondrá? Solo los lectores del libro conocerán la respuesta.

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