Rocío Alcocer: "El respeto por el medio todavía no es el factor que hace decidir a los consumidores"
Cofundadora de TAPP Water, start-up catalana que diseña y comercializa filtros de agua para el grifo
El proyecto nació en Barcelona de la mente de dos emprendedores venidos de Alemania y Suecia.
Exacto. Después de diez años consumiendo agua embotellada en Barcelona, en 2014 Magnus Jern y Alex Schwarz acabaron optando por beber del grifo. Cuando empezaron a contarlo a los amigos, alucinaban: el agua tenía muy mal gusto. Fue entonces cuando ambos empezaron a buscar posibles soluciones en el mercado y, tras comprar varios filtros, constataron que ninguno era efectivo, sencillo de instalar, barato y respetuoso con el medio ambiente. Así fue como surgió TAPP Water. Hemos diseñado un pequeño filtro que se enrosca en el grifo y, utilizando partículas de caparazón de coco, es capaz de limpiar hasta 70 elementos perjudiciales que pueden encontrarse en el agua del grifo. Con este sistema tenemos el objetivo de evitar el uso de mil millones de botellas de plástico antes de 2020. Todo un reto.
¿Cuándo entró a formar parte del proyecto?
La empresa, como tal, empezó a andar en 2016. Actualmente somos cinco socios, que nos hemos ido incorporando a TAPP Water para cubrir las áreas básicas de negocio: el objetivo era formar un equipo con capacidades diversas. Hoy en día cuesta mucho encontrar ideas dentro del ecosistema emprendedor que realmente ayuden a mejorar el medio ambiente, que sean útiles y que puedan llegar a ser rentables desde el punto de vista empresarial. Por eso decidí implicarme.
Tienen el respeto por el medio ambiente como eje filosófico pero, en cambio, producen los filtros en Taiwán. Esto incrementa su huella de carbono.
Sí. Desde un primer momento estuvimos buscando empresas proveedoras en Cataluña para fabricar aquí, pero desgraciadamente no lo logramos. No son capaces de fabricar nuestros filtros cuyo precio resulte asequible a los consumidores en relación al precio de las garrafas de agua. En Taiwán trabajamos con una empresa que lleva muchos años trabajando en el sector. Sin embargo, seguimos buscando proveedores aquí. El objetivo es conseguir fabricar nuestros filtros en Cataluña.
Distribuyen los filtros a través de Amazon, pero también desde su propia página web. ¿No entran en conflicto con ellos?
Ciertamente, Amazon nos hace un poco la competencia a nosotros mismos, pero eso es positivo: nos da más visibilidad y, desde el punto de vista del cliente, tiene grandes comodidades. De hecho, la mayoría de las ventas provienen de esta plataforma. Se nos queda un porcentaje de la venta, pero por ahora no queremos renunciar a ello. Aparte de estos dos canales, también estamos presentes en diversas tiendas físicas especializadas en productos ecológicos.
¿A cuántos países venden sus filtros?
El 60% de la facturación proviene de España, pero también vendemos en Alemania y Reino Unido, entre 25 países diferentes. Allí los consumidores están más concienciados que en nuestro país, donde el respeto por el medio ambiente del producto todavía no es el factor clave que hace decantar al consumidor. Este agosto levantamos una ronda de financiación de 300.000 euros. Pretendemos lanzar un nuevo filtro más avanzado que nos permita irrumpir el próximo año en Estados Unidos, un mercado hipercompetitivo y muy acostumbrado al uso de filtros similares a los que hacemos nosotros.