La sequía es crítica: la entrada en emergencia en el área metropolitana de Barcelona es ya inevitable

BarcelonaLa sequía que sufre Catalunya es la más dura que ha tenido que afrontar nunca y la Generalitat ya admite que es inevitable que buena parte de los municipios del país entren en fase de emergencia por la falta de agua en las próximas semanas: "No habrá alternativa", ha dicho la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. Aunque el calendario fijaba el inicio de diciembre como la fecha en la que toda el área de Barcelona (y, por tanto, la mayoría de la población) podría afrontar este escenario más crítico, la falta de lluvia durante septiembre y octubre puede hacer que este escenario se avance.

Las reservas en los embalses ya han descendido del 20% (hoy están al 19%) en las cuencas internas, un nivel que nunca se había dado y que genera mucha preocupación de cara a los meses que vienen. La Agencia Catalana del Agua (ACA) no descarta adelantar la declaración de emergencia ante una situación que ya es "extrema" en la mayor parte del país, aunque la decisión no está tomada, según ha subrayado el director del ACA, Samuel Reyes. En cualquier caso, evitar este escenario es casi imposible: hoy en el sistema Llobregat existen unas reservas de 135 hm³ y la emergencia se declarará cuando se llegue a los 100 hm³. "Si en septiembre y octubre la lluvia no se ha notado en los embalses y entramos en unos meses en los que la lluvia no es muy importante, la emergencia este 2023 es inevitable", ha apuntado Reyes.

Ahora mismo, ya hay hay 37 municipios que están en emergencia. La mayoría están concentrados en la zona del Alt Empordà: los que dependen del embalse de Darnius-Boadella y los que se nutren del acuífero del Fluvià Muga. Además, dos municipios que se abastecen de Riudecanyes y, recientemente, Vallirana también han solicitado entrar en emergencia por la situación crítica que vive su abastecimiento.

Por mucho que las desalinizadoras llevan más de un año funcionando a pleno rendimiento y que se está abarcando con agua regenerada el área metropolitana de Barcelona (un tercio del agua de los hogares proviene de esta fuente), el Govern insiste en que sigue buscando otras vías de recurso para preservar los embalses. La ACA tiene previsto sacar una nueva línea de subvenciones de 10 millones de euros para que los municipios puedan explorar y abrir nuevos pozos para aprovechar las aguas subterráneas.

Bajar la presión en el grifo

La declaración de emergencia supondrá un aumento de las restricciones en los usos del agua. De entrada, bajará el umbral máximo de consumo a 200 litros por habitante y día en todos los municipios. Pero esto, previsiblemente, no será suficiente en todos los casos y habrá que buscar medidas más drásticas si no hay señales de mejora en forma de precipitaciones persistentes. Aunque el director de la ACA, Samuel Reyes, no ha entrado todavía en detalles en su comparecencia tras el consejo ejecutivo sí se ha mostrado más partidario de que los municipios exploren la posibilidad de bajar la presión del agua de los grifos y no optar por cortes directamente durante franjas horarias.

Reyes ha insistido en que son los operadores (algunos ya están haciendo pruebas) y los propios ayuntamientos los que deben tomar las decisiones finales si la situación, hoy crítica, sigue empeorando. Bajar la presión del agua, según Reyes, evitaría riesgos de averías y fugas de agua en las tuberías que pueden darse cuando se corta por completo el flujo del agua y se vuelve a hacer circular de golpe (cosa que pasaría con los cortes puntuales).

En cuanto a los incumplimientos de los municipios en el consumo del agua, la ACA ya envió cartas de advertencia a 250 ayuntamientos hace un mes y ahora se prepara para abrirles un expediente que puede acabar en sanción. También hay 140 empresas que afrontarán un expediente sancionador, según ha dicho Reyes, que ha añadido que empezarán por los que más exceso de consumo están haciendo.