La sequía impulsa al alza el precio de la carne
El sector ganadero toma aire por el abaratamiento de la energía, pero la falta de agua encarece el coste de la alimentación del ganado
BarcelonaLa sequía y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania han mantenido al alza el precio de la carne en Cataluña. El coste para los consumidores de todos los tipos de carne existentes en los mercados es superior al de antes de la guerra, y pese a las dificultades, los productores están pudiendo recuperar parte de las pérdidas registradas en 2022.
"El cambio climático y la guerra nos han traído un desbarajuste", asegura Rosa Pruna, presidenta de la asociación de agricultores y ganaderos Asaja. El precio de la carne comenzó a subir aproximadamente un año antes del ataque ruso en Ucrania, pero el ritmo de los aumentos se aceleró con la guerra, como en el resto de la cesta de la compra. De hecho, sobre todo en la segunda mitad de 2021, los precios de las materias primas ya iban al alza debido a la reactivación de la economía mundial, que provocó cuellos de botella en las cadenas de suministros y escasez en algunas industrias. Aun así, en la actualidad, la inflación en España se ha enfriado notablemente y en junio incluso cerró por debajo del 2% interanual, el objetivo que se marcan los bancos centrales, un dato que contrasta con el 10% de varios meses en verano de 2022.
Pese a la moderación del IPC, la carne mantiene precios altos, sobre todo comparado con hace pocos años . Por ejemplo, el precio por kilo de carne de porcino de tipo U (entre el 50% y el 55% magro) se vendía a mediados de julio a 2,8 euros, cuando en el momento de la invasión de Ucrania era de 1 ,54 euros, según el precio medio en Cataluña marcado por la Lonja de Vic y Mercolleida y registrado por el departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat.
Asimismo, el precio del cordero ha subido de los 8,1 a los 8,9 euros por kilo en el caso de piezas entre 12,8 y 14,5 kilos en la Lonja de Girona, mientras que el becerro cruzado estaba a 4, 45 euros por kilo de carne en la última semana de febrero del año pasado y ahora se vende a 4,8 euros en Mercolleida.
Los precios actuales son "buenos para recuperarse un poco" de la temporada anterior, "pero no son tan buenos para el consumidor", explica Pruna, puesto que el encarecimiento del producto final provoca caídas de las ventas. "Preferiríamos vender más barato" pero con menos de las dificultades que ha tenido el sector en los últimos dos años.
La sequía impacta de lleno en los costes
2022 fue el más duro para el sector, porque la fuerte sequía afectó a la producción de cereales, pero también porque los costes de producción se dispararon por culpa de la guerra. La energía (electricidad y combustibles) tocó techo el pasado verano, al igual que los productos fitosanitarios, en paralelo a los cereales –Rusia y Ucrania son uno de los principales exportadores de grano del planeta–. La alimentación del ganado depende en buena parte de la producción de cereales, de donde sale tanto la paja como el grano con el que se elabora el pienso.
Este año la situación ha mejorado, con unos precios de la energía y d otros costes más bajos. Sin embargo, la sequía que asola Catalunya y buena parte del sur de Europa ha afectado gravemente a los cereales. "La cosecha de cereal está perdida prácticamente toda" este año, indica Pruna. La falta de lluvia también ha afectado a la producción de forraje, y las lluvias de la primavera no han mejorado la situación.
La producción de paja de muchas explotaciones se ha visto mermada y los ganaderos han optado por importar, sobre todo de Francia , donde ha habido más lluvias. Sin embargo, el precio se ha triplicado, de 50 a 150 euros por tonelada. "No se le da tanta importancia como al pienso", dice Pruna, pero para obtener una carne de buena calidad muchas explotaciones de vacuno deben alternar entre grano, paja y forraje para los animales.
La falta de agua tiene efectos directos sobre el precio del grano y la paja que se compra, pero también para las explotaciones ganaderas extensivas que confían en los pastos. En este sentido, los sectores vacuno, ovino y caprino son los que más notan la sequía: "El sector del cordero está sufriendo mucho por los pastos", recuerda la presidenta de Asaja. Sin embargo, los ganaderos con explotaciones extensivas de ovino y caprino –también los ganaderos de vacas lecheras– tienen líneas directas de ayudas del gobierno catalán, que no se han ampliado al porcino ni al resto del vacuno.
La diferencia del sector porcino
Si los ganaderos catalanes han pasado dificultades durante el año por los citados aumentos de costes, el sector porcino es el que ha tenido más facilidades gracias a su capacidad de exportación. Concretamente, el sector porcino es el que menos está sufriendo la situación, ya que es el más internacionalizado: Cataluña exportó 3.233 millones de euros de carne de cerdo en 2022, un aumento del 11% en comparación con 2021, que representan un 61% de todas las ventas en el extranjero de carne y embutidos catalanes, según datos de la Promotora de los Alimentos Catalanes (Prodeca) de la Generalitat.
La peste porcina ha afectado a varios países europeos (especialmente Alemania) y ha ayudado a la industria agroalimentaria catalana a aumentar las ventas a otros países que buscaban alternativas, como China, según Asaja.