Series y discapacidad, el reto de dejar atrás el paternalismo

Ficciones como 'Vida perfecta' o 'Merlí, sapere aude' dedican parte de sus tramas a mostrar la realidad de personas con discapacidad

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A 'Vida perfecta', Enric Auquer interpreta el Gari, un chico con discapacitado intelectual

BarcelonaSegún datos recientes, las personas con discapacidad representan un 10% de la población española (en Catalunya, un 7,97%), pero en la ficción, sea en televisión o en cine, su presencia es más bien simbólica. El último informe del Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) señala que en 2020 solo un 2,4% del total de personajes de las series analizadas eran personas con alguna discapacidad, el equivalente a 18 papeles de un total de 878. A esta baja cifra se le tiene que sumar otro elemento que dificulta la visibilidad: los actores que interpretan a estos personajes normalmente no son personas con discapacidad. 

Una de las series españolas que tienen la discapacidad como uno de sus ejes es Vida perfecta, creada y protagonizada por Leticia Dolera. Esta dramedia explica la historia de Maria, una mujer que a raíz de una relación esporádica se queda embarazada de Gari, un chico con discapacidad intelectual. El encargado de dar vida al personaje es Enric Auquer, actor que no tiene ninguna discapacidad y que ha ganado los premios Ondas y Feroz por su interpretación. En la segunda temporada, que se estrena este viernes, los espectadores verán cómo Gari se enfrenta al reto de ser padre mientras la sociedad no se cansa de decirle qué puede hacer y qué no. Además, empezará una relación con Mónica, una chica que también tiene discapacidad y que está interpretada por Sara González, una actriz que sí que tiene discapacidad. “Yo he crecido con la discapacidad muy cerca, forma parte de mi entorno y de mi mirada hacia el mundo. Me ha construido como persona”, explica al ARA Leticia Dolera, que en su debut cinematográfico, Requisitos para ser una persona normal, incluyó a un personaje con síndrome de Down, interpretado por el actor Jordi Llodrà. La actriz y directora asegura que la frustración de no ver representada la discapacidad en la ficción, una herramienta que cree que sirve para desarrollar la empatía, la empuja a hablar sobre ello en su obra. 

Sobre la elección de un actor sin discapacidad para interpretar al personaje de Gari, Dolera reconoce haber tenido muchas dudas. “Era muy difícil encontrar a un actor que me pudiera dar todos los matices con el poco tiempo de rodaje que teníamos. No hay muchos actores profesionales con discapacidad, es un pez que se muerde la cola”, argumenta. “Cuando apareció Enric [Auquer] vi que el corazón de Gari estaba en él. Esto me planteó una duda política, pero decidí optar por él y pensé que, al fin y al cabo, sí que estábamos hablando de la discapacidad y se estaba visibilizando un tema que es complejo”, explica Dolera. Carles Campuzano, director de la federación Dincat, representante de las entidades de la discapacidad intelectual en Catalunya, asegura que uno de los grandes retos pendientes es conseguir más presencia en las pantallas de actores con discapacidad, pero se muestra contrario a vetar que los actores no discapacitados den vida a estos personajes. "No participamos en la cultura de la cancelación. Ojalá haya actores con discapacidad intelectual interpretando papeles, pero es perfectamente legítimo que un actor como Enric Auquer, que además lo hace muy bien, interprete a una persona con discapacidad", argumenta Campuzano, que explica que, finalmente, el objetivo es "la presencia normal de una realidad que existe en las familias y en la sociedad".

Deseos y frustraciones

La segunda temporada de Vida perfecta entra de pleno en cómo una persona con discapacidad vive la paternidad. “Las personas con discapacidad de mi entorno no son padres, pero sí que tienen deseos y deseo sexual y, muchas veces, esto se lo arrebatamos como una manera de protección o de verlos como niños eternamente”, reflexiona Dolera, que asegura que ha querido hacer un retrato fiel de las experiencias que le compartieron padres y madres discapacitados, con sus luces y sus sombras. Para la directora, uno de los aspectos más importantes de la representación de la discapacidad en pantalla es “mostrar que son personas con deseos y que se vean como protagonistas de sus vidas”. Campuzano da la razón a la directora y remarca la necesidad de tramas "que permitan hacer entender que las personas con discapacidad son sujetos de derecho y que puedan evidenciar situaciones de discriminación que todavía se sufren".

Una escena de 'Merlí, sapere aude'.

Vida perfecta no es la única serie de Movistar+ que ha incluido una trama con presencia de la discapacidad. Merlí, sapere aude, que próximamente estrenará su segunda temporada en TV3, muestra la realidad de una pareja con síndrome de Down a través de la historia de Laura, la hija de la profesora Bolaño, interpretada por María Pujalte. La encargada de dar vida al personaje es la actriz Gloria Ramos, una de las intérpretes de la premiada Campeones, mientras que su novio es interpretado por Tonet Ramírez. Héctor Lozano, creador de la serie, considera que "se tienen que romper tabúes y miedos en relación con ver a una pareja con síndrome de Down que hace una vida independiente". Para Lozano, la discapacidad, como parte de la sociedad, se tendría que poder representar en la ficción "con completa normalidad", sin que esto implique que los creadores "tengan que sentirse obligados a nada".

Respecto a la inclusión de actores con discapacidad, Lozano detalla que se tienen que dar las condiciones adecuadas, tanto en cuanto a los papeles como los entornos de trabajo, puesto que asegura que los rodajes suelen ser duros tanto si se tiene discapacidad como si no, y que, por lo tanto, se tienen que ofrecer herramientas de apoyo. Se muestra partidario de optar por actores con discapacidad para interpretar a estos personajes, siempre que se pueda. "Así como nosotros encontramos a Tonet y a Gloria, hay más [actores con discapacidado]. Solo hay que tener ganas de buscarlos".

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