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Tavascan, el primer SUV eléctrico de Cupra, costará 52.010 euros (y se fabrica en China)

Cupra anuncia el precio de las versiones de acceso de su primer SUV eléctrico, un modelo que quiere posicionar a la marca catalana como un fabricante de coches deportivos aspiracionales a escala mundial

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Tavascan, el primer SUV eléctrico de Cupra costará 52.010 euros (y se fabrica en China)

El Cupra Tavascan es un modelo muy especial y único por varios motivos. En primer lugar, es el primer SUV eléctrico de la marca catalana, aunque en Martorell le llaman cupé deportivo o CUV. En segundo lugar, Tavascan es el primer coche de Cupra que se fabricará íntegramente en China, concretamente en la planta de Anhui, situada entre Shanghái y Wuhan. Y, por último, es el primer coche realmente caro que posiciona a Cupra como marca aspiracional. Y es que el nuevo Tavascan tendrá un precio base de 52.010 euros, una tarifa que le posiciona por encima de los ID.5 de Volkswagen y es 7.000 euros más caro que el Tesla Model Y de potencia y autonomía equivalentes.

Ya hace bastantes años que conocemos el Tavascan, porque la versión de producción, que ya se fabrica en China, es prácticamente igual que el prototipo que Cupra presentó en 2019 en el Salón de Frankfurt. El Tavascan es un SUV cupé (o CUV, si lo prefiere) musculado, de líneas marcadas y agresivas, que mantiene el lenguaje estético de los nuevos Formentor, León y Born, con detalles deportivos como los faros led de tres triángulos de diodos, llantas generosas de 21 pulgadas y un imponente difusor trasero. Sus 4,64 metros de largo y 1,60 de alto aportan fuerza y ​​presencia a este vehículo pretendidamente impresionante.

El nuevo Tavascan se fabrica íntegramente en China

Mecánicamente, Cupra utilizará dos versiones llamadas Endurance y VZ, con potencias de 286 CV y ​​340 CV, respectivamente, siempre asociadas a una batería de 77 kWh que promete una autonomía superior a los 520 kilómetros. La otra gran diferencia entre las dos versiones, más allá de la potencia, está en que la versión básica o de acceso llamada Endurance sólo utiliza un motor eléctrico situado sobre el eje trasero, mientras que la versión más deportiva o prestacional coloca un segundo, más modesto, sobre el eje delantero, para convertirse en un vehículo de tracción integral.

En el interior, esta versión de producción es fiel al estilo de diseño de los últimos modelos de la marca del Baix Llobregat, con un cuadro de instrumentos digital, un sistema de infoentretenimiento y una interfaz muy similar a la del resto de modelos de la marca (que se gestiona desde una gran pantalla táctil central de 15 pulgadas) y un gran maletero trasero con 540 litros de capacidad.

El interior utiliza materiales de elevada calidad

Más allá de la mecánica y el aspecto, este Cupra Tavascan es un modelo prácticamente igual que los Skoda Enyaq y Volkswagen ID.5, también fabricados en China y que se construyen sobre la misma plataforma MEB del grupo. La diferencia con estos modelos es, según la marca, su tacto de conducción y comportamiento más deportivo que parece garantizado gracias al control de chasis adaptativo DCC ya una dirección progresiva puesta a punto por los ingenieros de la marca en Martorell.

Un precio elevado

Cupra pide 52.010 euros para el modelo de acceso Endurance de 286 CV y ​​560 kilómetros de autonomía, 3.000 euros por encima de los Volkswagen ID.5 y 7.000 por encima de su gran rival y referente del segmento, el Tesla Model Y con potencia y autonomía similares, pero con un sistema de carga más potente que el de este Tavascan, que se conforma con una potencia de carga de 135 kW en corriente CC y de sólo 11 kW en un punto de carga doméstico o AC.

Está disponible con 286 y 340 CV de potencia

De hecho, por el precio del Tavascan de acceso se acerca mucho al del Tesla Model Y de tracción integral y gran autonomía de 514 CV y ​​batería de 75 kWh de capacidad. Queda claro, pues, que la apuesta del grupo Volkswagen es posicionar a Cupra como una marca aspiracional y deportiva con un componente emocional que la diferencia de Audi, en lo que sería -si se me permite y se entiende el concepto- una Porsche en miniatura más que un Seat de categoría. El objetivo de la marca es vender unas 70.000 unidades anuales de este SUV eléctrico en todo el mundo, con China como mercado emergente donde Cupra espera poder capitalizar en torno al 50% de la demanda.

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