Homenotes y danzas

Thomas Cook, el padre e inventor del turismo de masas

El empresario británico en 1841 creó un imperio que no inició su declive hasta la llegada de la Gran Recesión y que cerró el 2019

3 min
Thomas Cook 1808-1892

Una de esas costumbres que ha desaparecido hace relativamente poco, pero que en estos tiempos de aceleración y desmemoria parece que no haya existido nunca, es el hecho de viajar con unos papelitos que sustituían el dinero en metálico y que se llamaban traveler's checks. Servían para realizar transacciones autentificadas en el momento del desembolso gracias a la firma. En estos talonarios, en el lado derecho de cada cheque, solía aparecer el rostro de un hombre calvo despeinado que miraba circunspecto al portador. Este hombre era Thomas Cook, que fue quien popularizó el uso de los traveleros, pero sobre todo quien creó el turismo de masas.

Todo empezó con pequeñas excursiones grupales en tren que Cook organizaba para sus compañeros teetotaleros, un colectivo de mediados del siglo XIX que hacía activismo contra el uso recreativo del alcohol y del que el propio Cook era miembro. La primera excursión, que ha pasado a la historia, fue un trayecto corto entre Leicester y Loughborough (19 kilómetros) en 1841 en el que movilizó a 500 activistas después de haber llegado a un acuerdo con la Midland Counties Railway Company, la firma que operaba el servicio ferroviario de la zona. Después de aquel primer viaje vinieron unos cuantos más, de modo que a partir de 1845 ya empezaron a generarle unos pequeños beneficios, una circunstancia que le haría abrir los ojos sobre el futuro de la actividad.

El salto cualitativo lo dio en 1851, cuando organizó el desplazamiento nada menos que de 150.000 personas hacia Londres para asistir a la Gran Exposición de 1851. Cuatro años más tarde rompió fronteras organizando el primero tour colectivo por Francia, Bélgica y Alemania. El éxito de sus excursiones le llevó a abrir una oficina y tienda en una de las principales calles de Londres, Fleet Street, donde ofrecía todo tipo de productos necesarios para los viajes, entre ellos guías turísticas. Dado que el negocio crecía a un ritmo acelerado, en 1872 transformó la agencia de viajes en una sociedad que gestionaría con su hijo John Mason llamada Thomas Cook & Son. En aquella época tan fértil también creó los cupones de hotel y los traveler's checks, con la que abríamos este artículo.

El éxito del servicio que Cook había creado era tal que hace 150 años ya se atrevió a dar una vuelta al mundo organizada que resultó todo un éxito: de Estados Unidos a Japón, pasando por China y la India. Todo ello en 222 días. Pocos años después de esta gran aventura, en 1878, y con el negocio en la cumbre más absoluta, decidió jubilarse y ceder buena parte de la gestión a su hijo, con quien en aquellos momentos la relación era mejorable. En 1892 murió, después de ver cómo su salud empeoraba de manera grave, sobre todo por la pérdida de la visión. Dejaba una firma con más de 1.700 trabajadores y cerca de un centenar de oficinas propias. El hijo no tuvo mucho tiempo de dejar huella porque murió sólo siete años después que su padre.

Con la tercera generación a la cabeza, la empresa continuó creciendo, con hitos como el primer viaje aéreo en 1927 (un Nueva York - Chicago para presenciar el combate de boxeo Dempsey-Tunney, conocido como the long count fight ), pero también vivió un cambio de manos trascendente: en febrero de 1928 los nietos del fundador decidieron vender a la empresa otro gigante del turismo, la Compagnie Internationale des Wagons-Lits, que era nada menos que la firma propietaria del legendario Orient Express.

Desgraciadamente, es muy probable que la última vez que hayamos oído hablar de Thomas Cook fuera a raíz del lunes negro del 2019, en la víspera de la Mercè, en la que la compañía se declaró en bancarrota. La precaria salud financiera con la que había salido de la crisis financiera del 2008 sólo le permitió malvivir una década más y, como si fuera un presagio de lo que le sucedería al sector turístico pocos meses después por culpa de la pandemia, la empresa de 178 años de historia ponía la rodilla en el suelo para no levantarla nunca más. La marca fue adquirida a precio de saldo por su accionista principal, el grupo chino Fosum Tourism Group, por lo que hoy todavía podemos ver anuncios bajo la denominación Thomas Cook, como si fuera un espectro de lo que un día fue un gigante y un pionero del turismo.

stats