EDITORIAL ESPECIAL 'DIADA' (5)

Todo esto tiene que ser por la gente

"El proceso soberanista catalán va de abajo arriba, no se ha decidido en unos despachos, no responde a unos oscuros intereses de clase o de partido, no es el producto de ningún líder iluminado"

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Se ha dicho muchas veces pero hay que insistir en ello todas las veces que haga falta porque, de lo contrario, es imposible entender nada: el proceso soberanista catalán va de abajo arriba, no se ha decidido en unos despachos, no responde a unos oscuros intereses de clase o de partido, no es el producto de ningún líder iluminado ni una manipulación de conciencias masiva planificada desde las redacciones de los medios de comunicación y el departamento de Educación de la Generalitat.

Esto no quiere decir que todo sea perfecto y que no tenga que haber debate, ni mucho menos. Però lo que no se puede hacer es proyectar una versión sesgada que persigue una desacreditación global para ahorrarse así entrar en el debate de fondo. El objetivo de esta estrategia es muy claro; si la opinión social mayoritaria se ha conseguido por medios ilegítimos, esta opinión también será ilegítima.

Los procesos de estas características tal vez son más difíciles de articular políticamente, pero a la larga son más sólidos porque tienen las raíces más profundas. En el caso catalán, con una sociedad intrínsecamente muy plural, hay que considerarlo claramente como un activo que permite sumar apoyos muy transversales. Y obliga, también, a definir un proyecto de futuro que sea integrador al máximo. Porque ningún proyecto se puede construir contra nada ni nadie, sino a favor de. Y cómo esto lo protagoniza la gente, entendida com sujeto con capacidad de incidir en la historia, el proceso está vacunado desde el inicio cuanta cualquier tentación esencialista o identitaria. Porque esto no va tanto de identidad como de política y de empoderamiento, con un discurso que tiene que ser capaz de aprovechar lo mejor de Cataluña, que es su riqueza interna, sus matices e incluso sus contradicciones.

Y como nadie tiene que poderse sentir excluido, es importante hacer el esfuerzo que hoy se propone el ARA: radiografiar a través de 20 retratos el estado de opinión que se vive en Cataluña en unas horas tan trascendentales como éstas. Cómo lo vive cada uno. Con qué ilusiones con que miedos. Con qué dudas y con qué certezas.

La selección de los retratados se ha hecho intentando conseguir expresamente una fotografía lo más aproximada posible a la realidad hasta completar un mosaico que nos devuelve una imagen multicolor y calidoscópica que nadie tiene que perder de vista en ningún momento porque es precisamente por la gente, por todas y cada una de las personas que viven en Cataluña, que se ha puesto en marcha este proyecto. Y porque, en última instancia, es la gente la que tiene que poder decidir, votando libremente, cuál tiene que ser el futuro de nuestro país.

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