'Epic fails'

El 'WhatsApp catalán' se colgó

El 'WhatsApp catalán' se colgó “He aprendido que los ritmos del mercado son incontrolables: debes tener siempre todos los ingredientes listos para, cuando te venga el tsunami, poder surfearlo –explica Ignasi Casanovas, cofundador de Woowos-. Y, aunque el dinero es importante, a veces es mejor tener buenos socios que te aporten conocimiento, que capital”.
Marc Amat
08/04/2018
3 min

Ignasi Casanovas estaba en casa cuando recibió ese correo electrónico. Era un mensaje breve y enigmático. Lo firmaba uno de sus socios y, en el cuerpo del correo, sólo figuraba un enlace y una pregunta: "¿Has sido tú?" Pasaban diez minutos de las ocho de la tarde cuando Ignacio decidió hacer clic en la dirección y descubrir que le redirigía hacia un artículo publicado en Applesfera, un blog especializado en noticias del mundo de Apple. No niega que se sorprendió cuando vio que hablaban de Woowos, el proyecto que él mismo había creado, con Idoia Mugarza, y que apenas empezaba a andar.

Bajo el título de Woowos, un futuro servicio de mensajería que quiere acabar con los mensajes erróneos o inseguros, el redactor explicaba que unos emprendedores catalanes estaban intentando salir adelante un servicio de mensajería instantánea que permitiera borrar los mensajes que se habían enviado por equivocación y que, además, ofreciera su encriptación. El tráfico de la web aumentó, y en seguida lo hicieron también las descargas. Aquel 6 de marzo del 2013, Ignacio vio claro que en sus manos tenía un proyecto que podía generar un gran interés mediático. No iba errado.

“Fue una auténtica locura: aparecíamos en todas partes”, recuerda cinco años después Ignasi Casanovas. Después de protagonizar artículos en prensa escrita, y de hablar en la radio y en la televisión, Woowos se hizo mayor de golpe. “Llegamos a ganar 100.000 usuarios en sólo una semana -asegura-. Al cabo de un tiempo ya teníamos descargas de setenta países y una masa de medio millón de personas”, especifica. Pero Woowos creció demasiado rápido. “Acabamos muriendo de éxito –explica Casanovas–. Nuestra infraestructura técnica no estaba preparada para aguantar ese ritmo”, reconoce.

Cuando lo solucionaron, WhatsApp había tragado el mercado español, Telegram se había consolidado y Snapchat empezaba a subir fuerte. El mercado se había saturado y Woowos pivotó hacia el mundo de la mensajería instantánea corporativa. "Fuimos a hablar con muchas grandes empresas, pero como estábamos saliendo de una crisis no veían prioritario pagar por mejorar su comunicación interna", explica el cofundador. Al año, Skype y Hangouts también se le comieron el mercado empresarial y tuvieron que volver a pivotar. "Como no conseguíamos arraigar con nuestros productos, nos centramos en ofrecer la tecnología que habíamos desarrollado a empresas que quisieran integrar chats en sus plataformas", recuerda. Ahora, en medio de la fiebre por los chatbots, les va bien. Trabajan con grandes compañías y, con el nombre de Imbee, esperan cerrar el año facturando medio millón de euros.

“Woowos lo tenía muy difícil para salir adelante”, opina Albert Armisen, profesor de la Facultad de Empresa de la UVic y experto en innovación digital. “Quería jugar en un mercado en el que WhatsApp se había proclamado rey y donde ya era demasiado difícil usurparle el trono. Es un sector en el que cuesta mucho convencer al usuario para hacerlo cambiar de plataforma: antes deben hacerlo todos sus contactos”, concluye. Ahora, bajo Imbee, el antiguo Woowos parece haber encontrado el nicho donde arraigar fuerte.

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La lección

“He aprendido que los ritmos del mercado son incontrolables: debes tener siempre todos los ingredientes listos para, cuando te venga el tsunami, poder surfearlo -explica Ignasi Casanovas, cofundador de Woowos-. Y, aunque el dinero es importante, a veces es mejor tener buenos socios que te aporten conocimiento, que capital”.

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