Impuestos

Wisconsin anuncia un impuesto que gravará la recarga de los coches eléctricos con tres centavos por cada kWh

La medida, que no afectará a la recarga en los domicilios pero sí a los cargadores repartidos por el territorio, podría llegar en un futuro a Europa

Wisconsin anuncia un impuesto que gravará la recarga de los coches eléctricos con tres centavos por cada kWh
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Es bien sabido por todo el mundo que cuando ponemos combustible en nuestro vehículo pagamos un porcentaje bastante considerable de impuestos, que pueden representar más de un 40% del precio total. En cambio, cuando recargamos un vehículo eléctrico no abonamos cantidad alguna en formato de impuesto especial para gravar la recarga. Pues bien, esta situación cambiará a partir del año 2025 en el estado estadounidense de Wisconsin, que ha anunciado la creación de un impuesto exclusivo para las recargas de los vehículos eléctricos.

Se trata de un impuesto de 3 centavos por cada kWh que se aplicará a la electricidad que proporcionen los cargadores de nivel 3 o los de nivel 1 o 2 instalados a partir del 22 de marzo de 2024. Esto sí, hay que tener presente que esta medida no se aplicará en los puntos de carga instalados en los domicilios, sino en todos aquellos repartidos por el territorio, sean accesibles para todos o no (por ejemplo, los situados en hoteles o centros comerciales) y con independencia de si la recarga es gratuita. En este último escenario, si la recarga es gratuita deberá ser el operador del punto de carga quien asuma su sobrecoste.

El impuesto, de 3 centavos por cada kWh, no afectará a los cargadores instalados en los domicilios

Una medida lejana... o quizás no tanto

En la práctica, es de esperar que esta medida acabe con los puntos de recarga gratuitos que aún puedan existir en el estado de Wisconsin, y supondrá una mayor recaudación para el Departamento de Hacienda de este territorio estadounidense. se trata de una decisión lejana y que no nos afecta, pero puede sentar las bases de una política económica que tarde o temprano acabamos viendo en Europa. que si ponemos el foco en España, es necesario tener presente que los ingresos en forma de impuestos relacionados con los hidrocarburos permiten a las administraciones públicas ingresar anualmente miles de millones de euros. Un tributo que, si todo evoluciona como está previsto que lo haga. , se debería ir reduciendo progresivamente conforme avance la electrificación del parque móvil y vayan desapareciendo los vehículos de combustión.

Es de prever que tarde o temprano los países europeos empiecen a grabar con impuestos la recarga de los vehículos eléctricos

Es de prever que, al igual que hará Wisconsin a partir del año 2025, tarde o temprano los países europeos empiecen a grabar con impuestos la recarga de los vehículos eléctricos para evitar perder la importantísima recaudación anual que les llega grabando los combustible fósiles.

¿Qué implicaciones tendría este impuesto en Europa?

En un hipotético caso en el que los usuarios dispongan mayoritariamente de vehículos eléctricos y dejen a un lado los de combustión los ingresos obtenidos por el Estado a través del impuesto a los combustibles bajarían notablemente, un escenario que seguro que no querrá contemplar ningún gobierno. Pero al mismo tiempo, establecer impuestos que afectan directamente a un sector que en países como el nuestro está todavía en desarrollo puede ser delicado, ya que podría frenar la implantación del vehículo eléctrico.

Habrá que ver si la hipotética implantación de un impuesto de este tipo en Europa afecta o no a la electrificación del parque móvil

Quizás por ese motivo actualmente no está prevista la aplicación de este tipo de impuesto en estas latitudes, pero podría llegar a estarlo si la implantación del vehículo eléctrico se consolida. Un escenario que, por otra parte, actualmente no está del todo claro en países como España.

Lo que parece evidente es que casos como el de Wisconsin dejan claro lo que seguramente resulte evidente para todos: difícilmente las administraciones estarán dispuestas a renunciar a los ingresos provenientes de los impuestos relacionados con el sector del automóvil, que proporciona miles de millones de euros año tras año en las arcas públicas. Ahora sólo falta ver si estos impuestos llegan a Europa y, en caso de hacerlo, si estas políticas afectan o no a la electrificación del parque automovilístico del Viejo Continente.

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