El 'baby bluff' de los 60
Sí, era un baby boom, pero ya se deshincha. No escribo bluff en el sentido de decepción o fracaso, sino refiriéndome a una generación que comienza a deshincharse en la medida en que inicia (de hecho ya ha comenzado) su retirada del mercado laboral.
El envejecimiento demográfico de España es un fenómeno que lleva décadas en marcha y que ahora entra en una fase crítica: la jubilación masiva de los nacidos durante los años sesenta.
En los próximos diez años, entre cuatro y cinco millones de personas pasarán de la actividad laboral a la jubilación. La cifra es indeterminada porque algunos alargarán el período de cotización y otros combinarán el trabajo con la retirada parcial.
A esto hay que añadir una natalidad en mínimos históricos. España apenas cuenta con 1,2 hijos por mujer, una de las tasas más bajas de Europa.
Este segundo factor provocará que el mercado laboral pierda entre dos y tres millones de personas adicionales de cara a 2050, según cálculos del INE.
La consecuencia directa es el aumento de la tasa de dependencia: hoy existen unos 2,3 afiliados a la Seguridad Social por cada pensionista. En 2050, el ratio caerá a 1,7 si no hay cambios.
Recordamos que las pensiones no se pagan con fondos acumulados. Se pagan con las cotizaciones de quienes trabajan hoy. Y si cada vez hay menos trabajadores y pensionistas, la sostenibilidad del sistema entra en zona de peligro. Se prevé que cada persona y media sostendrá a un pensionista. Y ahí empezará el problema en serio.
Hoy, las pensiones representan ya más del 40% de los presupuestos generales del Estado. La Seguridad Social arrastra un déficit estructural que, según Airef, supera los 20.000 millones anuales. Y las estimaciones del propio gobierno español sitúan la necesidad de financiación extra en más de 500.000 millones acumulados hasta 2050. No es una cifra cualquiera. Es una cifra cercana a la mitad del PIB español.
Esto no es una crítica ideológica. No es una cuestión partidista. Es una alerta estructural. España necesita urgentemente un pacto de estado sobre el modelo de pensiones. Y cuanto antes se aborde, menor será el impacto.
Aumentar las cotizaciones o retrasar la edad de jubilación puede aliviarse. En esto estamos, introduciendo cambios graduales para que la gente no salga a la calle. Pero no es suficiente. Es necesario incorporar más personas al mercado laboral. Flexibilizar el empleo senior. Atraer talento.
Lo que me preocupa no es que haya un reto. Es que le estamos ignorando. Como si no ocurriera nada. Como si no supiéramos que un meteorito viene directo hacia nosotros. Pero viene. Y cada año que pasa estamos más cerca del impacto.
