Sergio Busquets
07/12/2025
Periodista
2 min

Ahora que Busquets ha dejado de jugar al fútbol, ​​es bueno recordar la tarde de su debut en la Liga con el Barça. Era septiembre de 2008. Pep Guardiola también debutaba como entrenador en Liga en el Camp Nou y, por sorpresa general, alineó al de Badia, que tenía 20 años recién cumplidos. Venían de perder 1-0 ante el Numancia, y esa tarde empataron a 1 con el Racing de Santander. Un punto de seis y un solo gol a favor, de penalti. Sólo Cruyff salió a defender el juego del equipo en un artículo en el que, como era costumbre, llevó la contraria a todo el mundo: "Este Barça pinta mucho, muy bien. No sé qué partido vi ustedes, pero lo que yo vi hacía tiempo que no se veía en el Camp Nou. Numéricamente hablando, es el peor arranque de..."

Es exactamente que los genios se adelantan a su tiempo, porque a partir de ese día sí que no paramos de ver cosas que en el Camp Nou nunca se habían visto. Con Busquets, el mundo del fútbol empezó a hablar de la importancia del cinco. Menotti se deshacía con su juego, con cómo engañaba a los jugadores rivales, con el cuerpo y con el balón: "No recuerdo a un futbolista de esa calidad y conocimiento, es increíble los pocos metros que recorre para recuperar o para dar un pase. Cuando el balón le llega, ya lo tiene todo escrito en la cabeza". Del Bosque dijo que, si volviera a jugar, le gustaría parecerse a Busquets.

A menudo se dice que Pedri tiene la visión y el pase de Xavi, y la navegación con el balón pegado a los pies y uno contra uno de Iniesta, pero cuando impone el control del balón en medio del campo, rodeado de contrarios, con una serenidad desconcertante, recuerda también Busquets. Son jugadores para un estilo de juego, ese estilo que hizo del Barça uno de los mejores equipos de la historia.

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