Leo en Yo mujer, la revista para la mujer que la reina Letizia “estreno pendientes de una marca valenciana en homenaje a los afectados por la DANA”. Dice que estaban en forma de estrella, valían 17,99 euros (un dispendio modesto para las arcas de la Corona) y que suponían “sin duda un guiño a los afectados por la DANA en esta provincia”. Estoy golpeada. Cómo canta el admirado Gitano de Balaguer: “Qué detalle”.
Yo encuentro que si eres afectado por Dana y te has quedado sin casa, negocio, coche, familia o todo a la vez, te sientes conmovido por esta noble iniciativa de la tía de Victoria Frederica y Froilán. “Cómo se nota que está al lado del pueblo”, pensarás. “Se ha puesto unos pendientes valencianos como guiño”, te debes decir. “Ahora sí que dejaré de llorar e incluso de quitar barro”, debes mormolar incluso. En fin, todo esto lo piensas, te lo dices y lo muerdes si eres mujer y, en consecuencia, has leído esta revista “para la mujer” con temas tan interesantes como lo que nos ocupa.
Me parece una iniciativa tan impactante que creo que la familia real no debería limitarse a los colgantes de las reales orejas, para demostrar que está cerca de los valencianos. El rey Felipe, por ejemplo, podría comparecer con un melón de Ontinyent en la mano, que son buenísimos. A la reina emérita no debería costarle demasiado peinarse como la Dama de Elche, que sería un look atrevido e informal. La princesa, que al parecer sale bastante con los amigos de la academia militar, podría tomar, siempre con medida, agua de Valencia. En fin. Lo que sería un detallazo sería que fueran todos, en séquito y bajo palio, a la noble ciudad de Xàtiva, a visitar el Museo de Bellas Artes para admirar el cuadro del antepasado Felipe V. Que todos ellos tuvieran que torcer a los cuellos reales, girar las cabezas o incluso hacer la vertical para captar la expresión de su rostro sería un gran detalle. Digo, claro, que deberían hacer todas estas contorsiones ya saben ustedes por qué.