Delitos y faltas (fiscales)

"NO SUBEMOS MÁS IMPUESTOS" Como ya hizo el martes su colega de Economía, Luis de Guindos; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, descartó ayer subir de nuevo impuestos este año como las autoridades europeas han pedido al gobierno español. "No vamos a subir más impuestos. No vamos a subir impuestos que perjudiquen el crecimiento", afirmó en TVE.
20/07/2025
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A la vista del entramado casi mafioso que Cristóbal Montoro y buena parte de sus colaboradores tenían organizado en el mismo ministerio de Hacienda, y en la propia Agencia Tributaria Española (AEAT), algunas preguntas son obligadas, incluso al margen o más allá del escándalo de las leyes a medida para las gas. Retrocedamos por ejemplo en el 2012 –todavía en medio de los peores momentos de la crisis financiera–, cuando Montoro decidió llevar a cabo una amnistía fiscal que permitía legalizar dinero negro pagando tan sólo un diez por ciento. La medida estaba tan mal planteada y fundamentada que finalmente la tumbó incluso un Tribunal Constitucional con mayoría conservadora. Entonces, con su facundia y chulería, Montoro intentó justificarse diciendo que lo que él había querido era sacar "pececitos" en la superficie, es decir, hacer aflorar capital evadido. Y que (fueron sus palabras) "sin un señuelo mínimamente atractivo, los pececitos se van a otro lado". Dicho de otro modo, Montoro se mostraba dispuesto a hacer concesiones a los grandes defraudadores fiscales para poder competir con los paraísos fiscales. Eran los últimos tiempos del mandato de Rajoy (no de Aznar), poco antes y poco después del referéndum del 1-O: los ministros de aquel gobierno declaraciones, cómo cuatro ministros podían ponerse a cantar el himno fascista El novio de la muerte al paso de la Legión por las procesiones de Semana Santa en Sevilla, como el propio Rajoy podía presentarse ante un tribunal de la Audiencia Nacional a prestar un testigo notoriamente falso sobre la trama Gürtel, con ademán y socarrón.

También sería interesante saber qué papel jugaron Montoro y la AEAT en el prolongado encubrimiento del fraude fiscal perpetrado por el rey Juan Carlos I (necesariamente con el conocimiento de la Corona y del gobierno de España). No parece fuera de lugar suponer que el jefe del Estado defraudador debía de ser no exactamente un pececillo, sino un pez gordo que había que dejar nadar ostentosamente en el estanque de aguas procelosas de la institucionalidad democrática española. ¿Cuáles eran los pececillos que nunca quisieron salir a la superficie? ¿Exactamente en qué consistía –además de la tarifa mínima del diez por ciento defraudado– el anzuelo que les paraba Montoro?

Hace tres meses, Montoro declaraba a la comisión de investigación sobre la operación Catalunya, con una exhibición de malos modos que rozaban la autocaricatura. Dijo que la única operación Catalunya que conocía fue lo que él llama el "rescate" de las cuentas de la Generalitat, en el mismo 2017. Ahora sabemos que su corrupción, y la de su despacho Equipo Económico, fue transversal a los gobiernos de Aznar y Rajoy. Ahora que les mencionamos, dos cosas que poco se conocen son las causas del enriquecimiento y el incremento de patrimonio del matrimonio Aznar-Botella durante los años que estuvieron en primera línea política, y posteriores. Y también quien demonios podía ser el M. Rajoy que salía en los cuadernos de Bárcenas.

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