En el chat que comparten, alguien pone la foto de lo fallecido, el primero de todos ellos, hace un año. Entonces, alguien, que quizá no lo tenía presente, envía el emoticono del corazón, repetida muchas veces. Ya se ve que no ha pensado cuántas. Ha pulsado la tecla y han salido los corazones que han salido. Cinco. Entonces, alguien pone el emoticono de la cara con la lágrima. Llena toda una línea y la mitad de la otra. Otro pone el corazón, pero no el de color rojo, sino el que se hace con las dos manos, uniendo los dedos pulgar e índice. Otro, un arco iris; y otro, el corazón que late. No lo ha pensado mucho, el del corazón que late, porque justamente lo que están diciendo es que hace un año que el corazón de aquel de todos ellos que murió primero dejó de latir.
Como todo el mundo ha puesto emoticonos, excepto el primero, que ha puesto la foto, ella no sabe si escribir nada. Escribir una línea que diga que no se acordaba, que fuera hoy, y qué pena le parece que va a quedar forzado. No poner nada es imposible, porque el primer mensaje con emoticonos ha servido para destapar el chorro de todos los demás. Ahora mismo hay quien coge uno de los mensajes, el de los corazones, por ejemplo, y debajo añade el emoticono del beso. Alguien, es cierto, pone palabras antes de los corazones. Escribe: "Siiiii, es hoy". Este “Siiiii”, sin acento, claro (¿dónde lo pondría?), parece alegre o entusiasmado, pero quiere ser sólo vehemente.
Piensa que comunicar las penas y alegrías sólo con emoticonos banaliza las penas y alegrías y, sobre todo, las simplifica. Los sentimientos son, sólo, la forma en que son expresados, y ahora siempre son más un emoticono que unas palabras. La gran literatura ha hablado sólo de esto. Matizó, se contradicho, se alargó, quiso emocionar y quiso incomodar. La complejidad de lo que explicaba era tanta que, a veces, los autores clásicos se han quejado de que las palabras les resultaban pobres para reflejar tanto dolor o amor. Ninguno de ellos sabía que, cuando esto ocurre, lo que va bien es el emoticono del corazón, repetida muchas veces.
