Imagen del atril que hay en la sala de prensa de la sede de Esquerra.
16/10/2024
2 min

Dirigentes de Esquerra explican cosas de dirigentes de Esquerra y dirigentes de Junts explican cosas de dirigentes de Junts. Una sola verdad es difícil. Una sola mentira, aún más. De entre todos estos dirigentes, puedes dirimir la diferencia entre el mediático y el puro, dos caricaturas fáciles, como las caricaturas de Sant Jordi, claro, porque, como siempre, por sus obras los conoceréis.

La pena es que un partido político, varios partidos políticos, se conviertan en un Sálvame Deluxe donde los pequeños rencores, batallitas y capturas de pantalla llenen minutos. Lo mismo ocurre en otros mundos pequeños y grandes, como el del vino, donde este autoproclamado influencer, sumiller de feria creído, enojado y engullado; lo que quisiera ser el Tim Atkin catalán y hacer esa voz ridícula que se hacía en los años ochenta (como pedalear en bicicleta estática) pontifica y veta y excluye y encumbra, pensando en nadie más que en sí mismo y en su gordísimo bolsillo. Ya es un artista de la radio, niña, no se rías, a ti sólo te ha utilizado, no sabe que sabe tan poco. Que se peleen los miembros de un sector, como el del vino, o de un mismo partido, de un mismo grupo de música, de una familia es catastrófico, porque a los mortales nos hace preguntar: ¿No se divertía? ¿No te hacía felices lo que hacían? ¿Que no le llenaba?

Hay trabajos que son artísticos y hay trabajos que piden humildad. Hacer vino es artístico, prescribir vino debe ser del todo humilde. Hacer música es artístico, prescribir música debe ser del todo humilde. Si el crítico -autoerigido- se considera más importante que la obra estamos perdidos. En la política la obra somos los ciudadanos y en ningún otro lugar, en ningún ámbito, alguien debe ser tan servidor nuestro, tan humilde y tan anónimo. Me gusta demasiado el arte para soportar a los artistas.

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