Este artículo no busca el ensañamiento, sino entrar en el fondo de la cuestión que planteaba Jordi Évole en su entrevista en el programa televisivo de Ricard Ustrell: “¿Qué problema hay con españolizar TV3?”. Como la intención del periodista de La Sexta era debatir a fondo esta cuestión, creo que merece una respuesta extensa y no solo una ocurrencia en Twitter. Aparte, creo que Évole es un muy buen profesional y que su documental No me llame Ternera es un buen ejemplo de ello: excelente en el fondo, en la forma y en el ejercicio de empatía a ambos lados. Otra cosa es que Évole no solo entrevista, o vehicula mensajes de otros, sino que toma partido. Marca territorio. Por ejemplo, al principio de ese mismo documental Josu Ternera le explica que la entrevista se desarrolla en el País Vasco. Y Jordi Évole le deja claro que, para él, se encuentran en Francia. Un ejemplo gráfico de lo que se entiende por marcar territorio.
¿“Espanyolizar” es marcar territorio? Évole asegura que lo que quería decir era que TV3 debe acercarse a barrios castellanohablantes, si no quiere quedar encerrada en una audiencia recurrente y circular. Pero lo siento: sí, "españolizar" es marcar territorio. Es marcar territorio sentimental e ideológico, y es señalar unos lugares de Catalunya que tienen una realidad supuestamente más “compleja” o más “diversa”. Este es el error: la complejidad y la diversidad se encuentra, de manera bastante más concentrada, en barrios como el Raval (donde el problema lingüístico ni de lejos es la comunidad castellanohablante) o en ciudades como Salt (donde no hay problema con el conocimiento del catalán). Si Évole quiere circunscribirlo al debate entre catalanohablantes y castellanohablantes, tiene que referirse a Pedralbes mucho antes de referirse a Bellvitge. Y debe saber, y ya sabe, que aquí hemos escogido hacer un país sin discriminaciones por razón de lengua. Sin que nadie quede eximido de conocer el catalán y el castellano, y ser tratado en igualdad sobre todo en el terreno de las oportunidades. Estoy seguro de que Évole comparte, todavía, la idea de que el catalán merece una protección especial. Quizás él dirá que la razón es el riesgo de desaparecer. Yo no: para mí la razón es que es la lengua de aquí. Me da igual cómo suene, porque no lo digo con tono excluyente: esta es la lengua de aquí, como el inglés es la lengua de Estados Unidos por muy inclusivo, meltingpotiano y “diversity friendly” que fuera un presidente como Barack Obama. El inglés es la lengua de Estados Unidos, y merece prioridad por esta simple razón. Y en el caso de TV3, seguramente la razón es la misma.
Dado que el diálogo catalán-castellano sigue siendo de pura diglosia a favor del segundo idioma, que TV3 priorice e incluso dedique todos sus esfuerzos a una cosmogonía característicamente catalana, es decir autóctona, es decir tan abierta como se quiera pero identificable y diferenciable de las demás (especialmente del castellano, que lo amenazaría incluso si no quisiera), no deja espacio a ninguna “españolización”. Queremos que los habitantes del Raval sean de los nuestros, vengan de donde vengan, y queremos que los habitantes de Salt sean de los nuestros tengan la piel del color que la tengan. También queremos que los ciudadanos de Bellvitge sean de los nuestros, es decir, catalanes, culturalmente catalanes, hablen la lengua que hablen. De eso iba la inmersión, y de eso TV3: catalanizar nunca ha sido excluir a nadie por hablar castellano, como se puede ver desde hace décadas en los invitados a la cadena catalana; catalanizar tiene que ver con invitar, y mucho más que ver, por ejemplo, con dejar votar un referéndum de autodeterminación. Votando da igual el idioma que hables, o si te sientes catalán o español: votas y punto. Y votas pensando en lo mejor para el futuro de esta comunidad.
"The world will be Catalan or Taliban” quería decir, en palabras de Bill Clinton cuando visitó Barcelona en 2001, que hay una manera de convivir en la que ser ciudadano sea una invitación constructiva, abierta, cívica, respetuosa, de contrapesos justos: la invitación a la catalanidad tiene forma de lengua propia, y no (por ahora) de DNI. Por eso españolizar TV3 no es un contrapeso justo, por mucho que "vivamos en este país". Es un error, es una frase desafortunada y que quizás él debería repensarse. Y no pasa nada, y para mí Évole es uno de los nuestros: porque no quisiera que, aparte de su error, se equivocara ahora también considerándose una víctima. No, solo faltaría esto. No en mi nombre.