Se acabaron las semanas de especulación sobre el misterio en torno a Kate Middleton. La larga espera para la respuesta ha implicado rumores, memes y una frivolización informativa potenciada por la famosa foto retocada por la propia princesa de Gales. El viernes por la tarde la publicación del vídeo de Kate Middleton cambiaba radicalmente el tono del último enigma de la familia real británica.
Kate Middleton aparecía en un vídeo muy austero, al aire libre, sentada en el clásico banco de jardín inglés, vestida con ropa informal: vaqueros y jersey de rayas marinero. Destacaban las ondulaciones de su melena frondosa. La princesa recurría a la explicación cronológica de los hechos para terminar comunicando el diagnóstico de cáncer y el tratamiento de quimioterapia preventivo. Apelaba al choque de la noticia y, sobre todo, al impacto sobre su "joven familia". Priorizaba la atención a los niños, subrayaba el apoyo de su marido, Guillem, y tenía unas palabras de empatía con los ciudadanos que padecen cáncer: “No estáis solos”.
Con la noticia, los informativos de la BBC repetían el comunicado de Kate Middleton y valoraban su perfecto planteamiento y ejecución, en contraste con las críticas de los últimos meses. Las imágenes de archivo que primero enseñaban eran las de la última aparición pública de la princesa de Gales antes de la operación, en diciembre del 2023 en Sandringham. Las repetían de forma insistente. Se infería que en ese momento estaba enferma y ahora que ya se sabe el diagnóstico mostrarla tenía un valor añadido. De la selección de imágenes de recurso priorizaban también alegres escenas familiares con sus hijos, visitas oficiales a centros hospitalarios y la atención especial que dedicaba a los niños. Unas escenas bucólicas que devolvían a Middleton el aura celestial y sublime después de semanas de fotografías furtivas borrosas. En las imágenes su belleza se utilizaba sibilinamente como contraste de la mala noticia.
Una reportera conectaba con los informativos desde la puerta de Adelaida Cottage, en Windsor, para informar con inercia de la noticia y los expertos empezaban a desfilar por los programas. Periodistas expertos en salud y oncólogos aportaban algo más de luz a la “quimioterapia preventiva” de Middleton. El sábado por la mañana una oncóloga hablaba del abanico de síntomas que podría desarrollar y los cuidados médicos necesarios en estos casos. La BBC daba a la noticia un carácter global, recordando a los tres millones de personas con esta enfermedad en el Reino Unido. No faltaba la encuesta callejera a los ciudadanos, que expresaban el apoyo y el derecho a la intimidad de Middleton.
Habrá tiempo para nuevas especulaciones y, sobre todo, para una gran presión mediática sobre el aspecto físico de Kate Middleton. Es el miembro más popular de la familia real y, como sucedió con su suegra, Diana Spencer, su imagen de perfección femenina siempre se ha utilizado como estrategia para endulzar y romantizar una Corona cada vez más destartalada y conflictiva. La observación minuciosa del aspecto físico de la princesa será, sin duda, un trabajo obsesivo para la cruel prensa sensacionalista británica.