Le deseo suerte al nuevo consejero de Lengua

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Francesc Xavier Vila

El gobierno de la Generalidad de Cataluña tomó posesión hace poco más de una semana y tiene una nueva consejería, la de Política Lingüística, que proviene de la segregación de la Secretaría del mismo nombre incluida en la consejería de Cultura. Es como si al Institut d'Estudis Catalans le hubieran extirpado la Sección Filológica para crear una academia de la lengua catalana.

En el decreto de creación del nuevo departamento se explicita que se adscriben a la nueva conselleria la Institución de las Letras Catalanas y el Institut Ramon Llull, es decir, la literatura se va del Departamento de Cultura. En cambio, en el decreto también se hace explícito que quedan adscritos al departamento de Cultura el Instituto Catalán de las Empresas Culturales (ICEC) y la Oficina de Apoyo a la Iniciativa Cultural (OSIC), entidades de derecho público que regulan las ayudas a la creación en todas sus manifestaciones, por ejemplo, todas las subvenciones a premios literarios, que se vehiculan a través de la ILC. En ninguna parte se mencionan el Consorcio para la Normalización Lingüística, creado en 1988, y el Consorcio del Centro de Terminología TERMCAT, creado en 1985, entidades directamente relacionadas con la lengua, adscritas al Departamento de Cultura desde su creación .

¿Qué le queda más al Departamento de Cultura? La dirección general de Patrimoni, que significa museos, monumentos y equipamientos; la dirección general de Cultura Popular y Asociacionismo Cultural, que significa sardanas, gigantes, castellers y todas aquellas manifestaciones tradicionales que emanan del pueblo como ateneos y asociaciones; la dirección general de Promoción Cultural y Bibliotecas, de título bien explícito; la dirección general de Innovación y Cultura digital, las demás direcciones generales que la han formado hasta ahora.

En los últimos presupuestos aprobados por el Parlamento de Cataluña en 2023, el departamento de Cultura alcanzaba el 1,6% del total. De un presupuesto de 476,8 millones de euros, las tres entidades que ahora pasarán a formar la nueva conselleria se repartían 72,3 millones de euros. Ya en 2019 nos propusimos e impulsamos el aumento del presupuesto de Cultura hasta un 2% del total de los presupuestos de la Generalitat. Nos hemos ido acercando y el propósito del anterior gobierno de coalición era el de llegar en 2025. Conviene que, a pesar de la creación de la nueva conselleria, Cultura llegue al 2%.

En 2019 convocamos la Comisión Técnica de Política Lingüística, presidida por la consejera de Cultura, que hacía 5 años que no se había reunido. Creada en 2011, el decreto la definía así: «Es el órgano colegiado encargado de garantizar, mediante la Red Técnica de Política Lingüística, la aplicación homogénea por parte de todos los departamentos de la Administración de la Generalidad de la normativa lingüística y de los acuerdos que adopte el Gobierno en esta materia, así como acordar los mecanismos de cooperación en la implantación de políticas lingüísticas interdepartamentales.» Se añadía también que debe reunirse, como mínimo, dos veces al año. Su efectividad era mínima, básicamente diría que porque casi ningún departamento creía en ella.

En 2003, el Institut d'Estudis Catalans creó la Red CRUSCAT, que se puso en marcha bajo la dirección de Francesc Xavier Vila. Se trata de una red científica que tiene por objeto de estudio los usos, conocimientos y representación de la lengua. La característica de la Red desde sus inicios y cuando yo la presidía, como vicepresidenta del IEC, es que agrupaba a representantes de todas las secciones del Instituto. Le deseo suerte al conseller Vila ante el reto de poner en marcha una conselleria nueva que, según el decreto de creación del pasado 11 de agosto debe ocuparse «de la promoción y el fomento de la lengua catalana; de la implementación de la política lingüística que establece el Gobierno y la coordinación de las acciones y medidas de los distintos departamentos; del desarrollo de las políticas para fomentar los usos de la lengua catalana en todos los ámbitos de la sociedad y la disponibilidad de productos y servicios en catalán; de garantizar el uso de(l) catalán en las instituciones». Experiencia tiene mucha. Que no le falten buena recepción y colaboración.

La lengua es nuestro rasgo distintivo como pueblo y como nación y es el fundamento de nuestra cultura. Está claro que la literatura es la máxima expresión de la lengua. Sin embargo, si separamos la lengua y la literatura de la cultura, corremos el peligro de crear un abismo. Quizás sí que es necesaria una consejería de Política Lingüística y quizás sí que sería necesaria una Academia de la Lengua Catalana. Todos sabemos de dónde venimos, dónde estamos y dónde no hemos llegado.

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