Lucifer y el obispo enamorado

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Captura del programa de Ana Rosa, a Telecinco

Los magacines matinales han empezado temporada mojando pan en la historia personal que ha trascendido después de la dimisión del obispo de Solsona, Xavier Novell. Mediáticamente y en líneas generales, la noticia se ha abordado desde una perspectiva absolutamente retrógrada, poniendo el foco en la mujer que se habría convertido en su pareja. En cuestión de horas se ha producido un batida en internet y las redes sociales para indagar en la vida de ella y su currículum. Conceptos tan normales como el hecho de ser divorciada, haber vivido en Marruecos, tener dos hijas, ser licenciada en psicología, hacer yoga o escribir novelas eróticas y satánicas se han convertido en excusa para el morbo, la maldad y las historias rocambolescas, burlándose de ella y erigiéndola en una especie de diablesa que ha poseído el alma del inocente obispo. En Telecinco, en El programa de Ana Rosa, la presentaban en titulares como “la escritora satánica”, como si acabara de subir del infierno. El hecho de que Novell haya optado por tener una relación de pareja consentida con una persona adulta ha generado mucha más expectativa que sus disparates sobre los homosexuales, los exorcismos y el aborto. Y también una osadía especulativa mucho más atrevida que cuando se producen abusos de menores por parte de representantes de la Iglesia.

Como es habitual en informaciones televisivas que giran alrededor de la Iglesia católica, en vez de establecer un discurso desde la perspectiva del sentido común, lo que hacen es alimentar los delirios y convicciones que se ajustan al sistema de creencias de la Iglesia más retrógrada. Primero hablaron con una vecina de Solsona, a quien sacaron de la peluquería y entrevistaron con la cabeza mojada y sin peinar. “Tenía una mirada un poco rarilla”, apuntaba la señora, que aseguraba ser fan del programa y sabía proporcionar los contenidos que les gustan. “¿Qué le parece que ella sea una escritora de novela erótica?”, y la obediente feligresa respondía: “Bueno... todo ayuda”. A continuación, y como si se tratara de la televisión de otra época, Ana Rosa entrevistó un cura que aseguraba hacer exorcismos. “¿Puede ser que el obispo esté poseído?”, le preguntaba Ana Rosa como si fuera una opción real que considerar. El hombre lo veía factible, y para demostrarlo se centraba en la figura de la mujer de quien se habría enamorado Novell: “Una mujer que habla de lo erótico y lo satánico cono tanta liviandad, y que dice querer vivir la vida plena y disfrutarla lo más posible, está claro. ¿Quién identifica el placer cono la vida llena? ¡Lucifer!” El hombre advertía que el demonio tiene el don de la clarividencia y hablaba de la mujer como la representación del diablo. Y Ana Rosa le seguía la veta: “¿Existe el diablo que se mete en el cuerpo de las personas?" Todo ello ha permitido ofrecer a la audiencia un espectáculo nutrido de misoginia, machismo y homofobia. Si de algo ha servido el caso de Xavier Novell ha sido para constatar que somos una sociedad más reaccionaria y morbosa de lo que nos podemos imaginar.

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