El mariconeo y el Papa

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El Papa Francisco haciendo un discurso desde la ventana de su despacho.

Como leíamos en el ARA, "el papa Francisco pide a los obispos italianos que no admitan a los homosexuales en los seminarios porque «ya hay demasiado mariconeo»". La palabra que ha utilizado, despectiva, es frociaggine.

Renoi, el Papa. Qué travieso. Aunque estuviera en la taberna tomando vino (de misa). En realidad, la opción sexual de los curas, de los papas, de los obispos y de las monjas (que les sirven con dedicación) debería ser irrelevante, a causa del voto de castidad. Si eres cast, da igual si te hostigas por María Magdalena o por San Sebastián. Sólo en caso de que el voto de castidad sea mentira, es importante la tendencia sexual de cada uno de estos servidores del Señor. Que el Papa diga que no debería admitirse homosexuales en los seminarios por el “mariconeo” significa, pues, que sabe perfectamente que lo del voto de castidad se lo pasa por la sotana y más allá. Él habrá detectado el “mariconeo”, por aquí y por allá, y encuentra que hace feo.

Sin duda, admitir homosexuales en los seminarios puede contribuir al “mariconeo”, sea cual sea lo que esto signifique, de la misma manera que no admitir homosexuales en los seminarios puede contribuir, claro, al machirulismo, porque significa que todos, por lo general, son heterosexuales. Y sinceramente, que sean gays o heterosexuales (teóricos) no debería ser un problema. Jesús nunca se quejó de mariconeo entre sus apóstoles, ni tampoco de lo contrario. Lo único que en realidad debería preocupar al Papa, referido a los seminaristas mariconajadores oa los seminaristas machiruleadores, es la que no dice, y que afecta a niños y niñas.

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