Nuevas acciones de las generaciones universitarias (1957)
Piezas históricas
De la crónica sin firma aparecida en 'Treball' (III-1957), órgano periodístico del PSUC, partido comunista que entonces lideraba Josep Moix (Sabadell, 1898-Praga, 1973) como secretario general. Hoy hace sesenta y siete años que el dictador Franco, después de un mes de agitación social, introducía en su gobierno a los primeros “tecnócratas” vinculados al Opus Dei. Hacía cinco días que en el paraninfo de la Universidad de Barcelona se había reunido la primera asamblea libre de estudiantes, duramente reprimida. Desde el 14 de enero gente de todos los ámbitos boicoteaba tranvías (foto de 1957) y espectáculos.
Los hechos acaecidos en las últimas semanas en la Universidad de Barcelona acaban de constituir una nueva y rotunda confirmación del gran empuje del movimiento de oposición a la dictadura entre las generaciones universitarias. [...] El jueves 21 de febrero un numeroso grupo de estudiantes, ya movilizados desde hacía más de un mes por el boicot masivo en los tranvías y por unas primeras protestas, forzaron la entrada en la Universidad a los gritos de “Viva ¡la libertad!”, “¡Fuera la Falange!”. Entraron en el paraninfo donde fueron acogidos con chardorosos aplausos por los numerosos compañeros allí congregados. La clase que se les daba fue suspendida. Uno de los estudiantes se dirigió a sus compañeros desde la tribuna con un parlamento como conclusión del cual acordaron unos puntos reivindicativos. Dos compañías de la policía armada, introducidas por el rector García Valdecasas, tomaron posesión de la Universidad y acordonaron el edificio. A pesar de los imperativos de ciertas autoridades académicas y las presiones policiales, algunos estudiantes permanecieron largas horas reunidos en el paraninfo y al salir fueron detenidos. El número de estudiantes barceloneses actualmente represaliados alcanza los cuatrocientos. Este conjunto de hechos situados en el marco de la descomposición del régimen en el que se desarrollan, muestra la importancia de la acción de los estudiantes de nuestra Universidad y explica su repercusión extraordinaria en los medios universitarios e intelectuales de todo España. Cabe decir que entre estos medios se lleva a cabo un movimiento de solidaridad hasta ahora desconocida, cuyo significado político es de gran valor. Más de cien prestigiosas figuras intelectuales han firmado un documento dirigido al ministro de Educación en el que se pide la anulación de las medidas tomadas contra los estudiantes barceloneses. Los nombres de Menéndez Pidal, Marañón, Pérez de Ayala, Azorín, Ridruejo, Aleixandre, Camilo J. Cela, Rey Pastor, entre otros de los que podríamos mencionar, son suficientes para poner de manifiesto la importancia y significación de este documento. Pero este gesto de solidaridad no ha quedado limitado al de las citadas prestigiosas figuras. En las principales Universidades, este movimiento de solidaridad y de identificación con los estudiantes de Barcelona ha tomado la forma de una gran campaña de recogida de firmas entre profesores y estudiantes. Suben a varios miles las firmas recogidas. Empezado en las Universidades de Madrid, Salamanca y Sevilla, este movimiento de solidaridad se ha extendido a otras universidades del país. En un solo día en la Facultad de Derecho de Madrid, más de dos mil estudiantes han firmado su petición. Es un verdadero plebiscito de protesta contra la actitud brutal del gobierno, o en favor de los derechos estudiantiles y universitarios por la libertad. En la enconada lucha que les enfrenta al Gobierno ya su política, los estudiantes barceloneses pueden sentirse legítimamente orgullosos de llevar adelante una gran batalla.