Un paquete de medidas necesario que habrá que afinar más
BarcelonaEl gobierno español ha aprobado este martes un ambicioso paquete de medidas para hacer frente a los efectos económicos derivados de la invasión rusa de Ucrania que, aunque llega tarde, debería servir para amortiguar el impacto que la guerra está teniendo en los bolsillos de los ciudadanos y en las cuentas de empresas y autónomos. Sin embargo, la gran medida estrella que es imponer un tope al precio del gas para impedir que esta fuente de energía acabe provocando una subida aún más desmesurada de la factura de la luz, aún tardará unas semanas en llegar porque se está negociando a tres bandas entre Madrid, Lisboa y Bruselas. Este tope, que en teoría debe ser temporal, debería mantenerse, sin embargo, hasta que el mercado eléctrico esté normalizado o hasta que se cambie el sistema marginalista de cálculo de precio, que es lo que está provocando la distorsión actual. Recordemos que la luz se paga al precio de la fuente más cara, la última en entrar en el cómputo, aunque la mayoría provenga de las renovables o las nucleares, mucho más económicas.
Del paquete aprobado este martes destaca la bonificación de 20 céntimos en el precio del litro de gasolina y gasóleo, que se prevé que entre en vigor ya este viernes. Se trata de una medida que ya se había pactado con los transportistas y ahora se hace extensiva a toda la población. Cuesta entender, sin embargo, que se bonifique igual la gasolina que gasta un autónomo que quien se vaya de vacaciones, aunque seguramente se debe a la dificultad que comportaba hacer la distinción en el momento de llenar el depósito. También habrá que estar muy atento, y será responsabilidad de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, y vigilar que las gasolineras no aprovechen la bonificación para subir precios.
La limitación de los precios de los alquileres al 2% también supondrá un alivio para las familias afectadas, aunque se crea un agravio comparativo con los que ya han tenido que revisar el alquiler con el IPC de febrero o marzo. También habría que buscar maneras para compensar a los pequeños propietarios para no desincentivar el mercado de alquiler. En cuanto a la prohibición de los despidos objetivos por causas relacionadas con el precio de la energía, parece razonable que se aplique solo a las empresas que estén recibiendo algún tipo de ayuda pública. Las empresas pueden optar por la fórmula que ya funcionó durante la pandemia, la de los ERTE, que ahora debe ponerse de nuevo en marcha para evitar cierres.
En el ámbito fiscal se refuerza el recorte de los llamados "beneficios caídos del cielo" de los que hasta ahora disfrutaban las eléctricas, y que de algún modo también estaban distorsionando el mercado. También es positiva la ampliación de medidas sociales como el bono eléctrico o el ingreso mínimo vital, así como la ampliación de líneas ICO de ayuda a las empresas en 10.000 millones. Sin embargo, el gobierno debería realizar un seguimiento puntual de todas estas medidas para corregir efectos indeseados y evaluar su impacto casi día a día. Los distintos grupos políticos ya advirtieron ayer de que muchas de ellas deberían afinarse más. Por el momento, el paso de este martes era del todo necesario.