Eduardo Madina i Borja Sémper: “100% a favor del acercamiento de los presos de ETA a Euskadi”
BarcelonaEduardo Madina y Borja Sémper nacieron en el País Vasco en enero de 1976 con un día de diferencia. Como representantes del PSOE y el PP, fueron objetivos de ETA. Madina perdió una pierna en un atentado con bomba adosada: cree que su altura -hace 1,91 m- lo salvó de la muerte. Ya fuera de la política, reflexionan sobre el terrorismo en Todos los futuros perdidos. Conversaciones sobre el final de ETA (Plaza & Janés).
¿Se habrían dedicado a la política si no hubiera existido ETA?
— Borja Sémper: Estoy convencido de que la existencia del terrorismo me despertó la necesidad de hacer algo y acabar con aquella injusticia.
— Eduardo Madina: Imagina que vives en un lugar donde hay un grupo de personas que creen que sus ideas valen más que tu vida. ¿Qué harías tú? Dimos la cara y pagamos algún precio. Sirvió de algo, porque hoy no hay terrorismo.
¿Cómo era el día a día de un político bajo amenaza?
— E.M.: Cada uno de los minutos del día lo pasas protegido por dos pistolas y dos escoltas. Permanentemente estás huyendo de un miedo frío que habita en tu ciudad y no sabes cuando puede venir a visitarte. Una vez cada dos semanas, a veces cada tres días, vas a un funeral, entre la indiferencia de un sector de la sociedad.
¿Por qué esta indiferencia?
— E.M.: Es el gran misterio. ¿Qué harías si en la puerta del bloque de un vecino aparece una pintada con una amenaza de muerte porque es negro? ¿Dirías: “No va conmigo”? ¿Tocarías el timbre para decirle “Quiero que me vean contigo, lo limpiaremos juntos, y si mañana hay una manifestación cuenta conmigo”?
¿Han podido o querido hablar con los que les quisieron asesinar?
— B.S.: No he tenido la oportunidad. Me podría provocar cierto interés conocer qué pasa por la cabeza de un ser humano en la preparación de quitarle la vida a otro.
— E.M.: No he sentido interés por los que formaron el comando que atentó contra mí. Lo puedo entender más en el caso de dirigentes que han hecho la curva del arrepentimiento.
¿Cómo valoran que Otegi pidiera perdón a las víctimas de ETA?
— E.M.: Fueron las mejores palabras que ha dicho en muchos años. Un primer paso en la dirección correcta.
— B.S.: No son palabras menores. Pero hace falta mucha más energía para desmontar toda una cultura del odio.
¿Cómo se sienten cuando se compara Bildu o el independentismo catalán con el terrorismo?
— E.M.: No se pueden comparar con una organización que mataba a gente para imponer sus ideas. Caben en la democracia y usan vías pacíficas.
¿También caben para negociar unos presupuestos del Estado?
— E.M.: Sí, y lo están haciendo. Pero dudo que Bildu quiera formar parte de una lógica de gobernabilidad de España.
¿Felipe González o el PSOE tendrían que pedir perdón por los GAL?
— E.M.: La legislación española considera como víctimas del terrorismo las de los GAL desde hace muchos años. Es una buena idea, porque lo son.
¿Pero no haría falta el gesto político?
— B.S.: No hay un solo dirigente político en España que no condene los GAL. No hay una sola manifestación pública de justificación, de recibimiento o exaltación a alguien que haya formado parte de ello. España no tiene un problema a la hora censurar cualquier terrorismo.
¿El PP y el PSOE chocaron mucho por ETA. Se hizo electoralismo?
— E.M.: El proceso de paz fue un tiempo político de mucha intensidad. La política terrorista en aquel momento no era una política de estado. Tuvimos un ambiente muy enrarecido.
— B.S.: Sí. Una cosa es no estar de acuerdo con una política y la otra es que esto traiga emparejados calificativos de intencionalidades que sobraban.
¿Están a favor del acercamiento de los presos a Euskadi?
— E.M.: Al 100% a favor. La dispersión formaba parte de una lógica de lucha antiterrorista por un terrorismo que no existe desde hace 10 años.
— B.S.: La política de dispersión pierde el sentido cuando ETA desaparece.
¿Estarían de acuerdo con un referéndum de autodeterminación?
— E.M.: No. Para mí no tiene sentido. Somos una sociedad plural, cómoda en convivencia plural, con unos índices de autogobierno poco comparables.
— B.S.: Lo vivimos en el plan Ibarretxe, y veo la realidad de Cataluña: las consecuencias sociales, familiares, personales, económicas... No creo que sociedades como las nuestras puedan responder a una pregunta binaria, porque son complejas.