Arrimadas se atrinchera con su cúpula a pesar de las presiones para que haya ceses

La líder naranja apunta que su proyecto "continúa" y se nota más "reforzada" por la ejecutiva

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Cesc Maideu
4 min
Inés Arrimadas, presidenta de Ciutadans, en rueda de prensa después de la reunión del comité permanente del partido

La derrota más grande de la historia del Parlament no tendrá consecuencias internas, ni tampoco prácticamente autocrítica pública. Inés Arrimadas se aferra al cargo de presidenta y también protege a su entorno más próximo. El partido intenta así pasar página. Lo hace después de una reunión de cinco horas del comité ejecutivo que ha sido percibida con una diferencia abismal entre lo que ha trascendido a los medios y cómo la ha descrito Arrimadas. La líder de los naranjas la define con cinco palabras: "Debate, ilusión, compromiso, apoyo y fortaleza". Por otro lado, fuentes presentes en la reunión han afirmado a Efe que se pidieron cambios y dimisiones de pesos pesados del partido. Sobre todo, las miradas se fijaron en Carlos Cuadrado, director de la campaña electoral y vicesecretario primero del partido, y en José Maria Espejo-Saavedra, vicesecretario adjunto.

Cuadrado y Saavedra son dos elementos clave de la estructura que ha permitido a Arrimadas conseguir el control del partido y apaciguar la crisis interna. Custodian el orden orgánico y son los negociadores naranjas con el gobierno español. Varias voces, entre ellas la de la teniente de alcalde de Madrid, Begoña Villacís, la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Ribera, y el coordinador autonómico del País Valenciano, Toni Cantó, pidieron que Cuadrado y Saavedra fueran apartados de las decisiones. Arrimadas finalmente consiguió proteger a su entorno más cercano y se han descartado dimisiones. De hecho, según las mismas informaciones de Efe, su liderazgo en ningún momento estuvo en cuestión. Es más, buena parte de la directiva cerró filas alrededor de Arrimadas alegando que los resultados se veían venir y todavía no han conseguido revertir la dinámica a la baja después del batacazo del 10-N. Más que acabar con Arrimadas, lo que proponían los dirigentes estatales era ampliar su círculo de poder apartando de la toma de decisiones a las personas de confianza de la presidenta. A pesar de que, de momento, disfruta de este apoyo, fuentes conocedoras de las discusiones han advertido a Europa Press de que si la presidenta no toma medidas, "a la final las críticas la acabarán apuntando". La lupa, de momento, tampoco está puesta sobre Carlos Carrizosa, a quien Arrimadas ha reafirmado su confianza.

Sea como sea, la dirección de Ciudadanos descarta cambios internos. Este martes Arrimadas ha comparecido después del comité permanente y ha afirmado que se siente "más reforzada y más fuerte que nunca" para liderar el partido. No ha puesto en entredicho su presidencia y ha insistido en que no es el momento de hacer ceses: "Se tiene que continuar sumando, en el partido no sobra gente". Dos días después de la derrota y con los resultados digeridos y debatidos internamente, la autocrítica todavía no llega. Cada vez que a Arrimadas le preguntaban qué había fallado, respondía que no han "sabido ilusionar" al electorado. No ha entrado en los motivos que han llevado a sus votantes a abandonarlos ni en si la estrategia del partido tiene que cambiar de rumbo. Siguen escudándose en la baja participación y en la campaña totalmente telemática que han hecho.

Reunión del comité permanente de Ciudadanos de este lunes en la sede del partido en Madrid

Los argumentos de Arrimadas contrastan con los de Cantó, uno de los más críticos en la reunión de ayer, que ha hablado a Telecinco este martes. El dirigente valenciano ha afirmado que "hay que hacer cambios en la estrategia para recuperar la fuerza, la valentía y la seguridad" que antes mostraba Cs. Para acabar, ha dejado entrever que también hacen falta cambios en la cúpula del partido. "Y probablemente también en el equipo", ha insinuado.

El pasado los condena

Así, Arrimadas no considera la pérdida del 86% de sus votantes ni el hecho de caer 30 escaños un plebiscito a su gestión. "Hacemos lo correcto, y a veces da votos y a veces no", ha apuntado. De este modo, no relaciona su giro moderado y pactista en Madrid –abriendo la puerta a entenderse con el PSOE– con la derrota del 14-F. Ante esto, cree que su proyecto "continúa" y ve "reforzado" el compromiso de la ejecutiva. Para Arrimadas, la causa viene dada "por muchos factores". Uno de los principales, el hecho cargar con la herencia de los malos resultados de Rivera. "No hemos sabido volver a ilusionar", ha repetido varias veces. De hecho, según fuentes consultadas por Europa Press, ayer se negó a cesar a su cúpula porque justificó que la culpa "es del pasado". Subrayaba así la baja intención de voto que mostraban las encuestas desde la debacle que sufrieron el 10-N.

El papel de los críticos

Las voces críticas con la directiva actual de Ciudadanos pedían unos cambios que no han llegado. Ayer, fuentes próximas a Francisco Igea, vicepresidente de la comunidad de Castilla y León y líder del llamado sector crítico, explicaban al ARA que están a la espera de qué autocrítica hace la dirección del partido y de qué decisiones se toman antes de decidirse a mover ficha. Ahora, después de que la directiva naranja no haya hecho movimientos de arrepentimiento más allá de aceptar la derrota, la reacción de los críticos será clave para entender el alcance que puede tener la derrota y si el liderazgo de Arrimadas está en peligro. El descontento, sin embargo, ya trasciende el sector crítico y otras voces hasta ahora obedientes con la dirección cargan ante la estrategia que ha llevado al partido a perder 30 escaños.

Mientras se cuece la respuesta interna, Arrimadas no cede. "Soy la líder política que ha tenido más apoyo", ha dicho este martes en referencia a las primarias, que ganó con el 76,91% de los votos. De momento, considera que el partido sale "reforzado" del análisis interno y hay que "mirar hacia adelante". "La ejecutiva sale más convencida de salir adelante este proyecto y de estar unidos, que es como evidentemente estamos", ha concluido.

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