Arturo Valls, el humorista que no le hace gracia a Vox
La Audiencia Nacional le ha dado la razón y ha condenado a Rocío Monasterio por una obra ilegal
BarcelonaHace más de veinte años que Arturo Valls (Valencia, 1975) cultiva una prolífica carrera en el mundo del espectáculo. Desde su debut en Telecinco como uno de los reporteros bromistas de Caiga quien caiga, el presentador, actor y humorista no ha parado. De hacer subir los colores a los políticos en este espacio que presentaba El Gran Wyoming –más adelante él fue presentador– ha protagonizado la conocida serie Camera café, ha hecho caer a los concursantes por un agujero en Ahora caigo, ha imitado a los famosos en Tu cara me suena y ha lanzado a otros a una piscina en Splash! Famosos al agua. Se podría decir que este cómico no tiene miedo de reírse de quien haga falta, pero cuando se apagan las luces del plató y se trata de su vida privada tiene claro cuáles son los límites. Ha evitado por ejemplo ser objeto de las revistas del corazón. Y tampoco ha hecho declaraciones públicas sobre el litigio que mantenía abierto contra la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, desde 2019.
La Audiencia Nacional condenó el pasado jueves a Monasterio por la obra "ilegal" que hizo en 2005 en un local del centro de Madrid, que convirtió en una vivienda sin tener la licencia. Valls había contratado a través de su compañía a la empresa de la líder de extrema derecha para que hiciese la obra, y posteriormente la denunció. La sentencia, que impone a la empresa de Monasterio y a la constructora pagar una multa y asumir el coste de la demolición, no es firme y Vox ya ha anunciado la presentación de un recurso. Una investigación de El País destapó que esta empresa habría hecho 18 obras con irregularidades, a veces con la participación del portavoz de Vox en el Congreso Iván Espinosa de los Monteros –marido de Monasterio– como intermediario.