Ayuso cierra filas con Vox a pesar del racismo contra un diputado de Unidas Podemos

La candidata del PP, investida con los votos de la extrema derecha: "Colaboraremos a lo largo de la legislatura"

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El diputado de Unidas Podemos Serigne Mbayé, al debate de investidura de la Asamblea de Madrid

MadridIsabel Díaz Ayuso revalida el cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid después de obtener este viernes 77 votos de la Asamblea de Madrid. Los diputados del PP y Vox han permitido su investidura y se abre una corta legislatura -dentro de dos años volverá a haber elecciones autonómicas- en la que las dos formaciones de la derecha gobernarán de la mano. No será un ejecutivo de coalición, pero Ayuso ha aceptado de palabra la "mano tendida" que le ha ofrecido la portavoz ultra, Rocío Monasterio, que ha tenido parte de protagonismo en la sesión con las acusaciones lanzadas contra el diputado de Unidas Podemos Serigne Mbayé.

"El problema no es que sea blanco o negro, sino que entró en el país de manera ilegal", ha afirmado Monasterio, hecho que ha provocado que minutos más tarde el ex portavoz del colectivo de los manteros en la capital española, de origen senegalés y nacionalizado español, hiciese uso de la palabra para pedir a la líder de Vox que retirara sus palabras. "No está permitido que se trate de manera racista a una persona", ha protestado Mbayé, que ha pedido "respeto" para él y todas las personas migrantes. La presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, del PP, ha instado a Monasterio a retractarse, pero ella se ha negado.

Lejos de solidarizarse con el diputado de Unidas Podemos, Ayuso ha cerrado filas con Vox durante su turno de réplica a la oposición. "Los realmente radicales y sectarios son los partidos de la izquierda. Me ha parecido vergonzoso que la hayan tratado de este modo [a Monasterio]", ha afirmado la líder del PP, en una referencia genérica a las intervenciones de los partidos de izquierdas. "Si los escaños están ahí es porque los madrileños les han dado los votos en las urnas", ha continuado Ayuso, que en este momento ha aprovechado para recoger el guante. "Gracias por prestarnos los votos. Por supuesto, recojo la mano tendida en la colaboración que seguro que tendremos a lo largo de la legislatura. Diferimos en algunas cuestiones, pero no será obstáculo para buscar propuestas comunes", ha afirmado la presidenta.

Ayuso aprovechó su discurso inicial el jueves para exponer sus principales medidas, que ya representaban un guiño a la extrema derecha. Una bajada de impuestos, unas ayudas a la natalidad que la izquierda ha calificado de "excluyentes" con las madres jóvenes y que llevan menos tiempo en Madrid y el adelgazamiento de la estructura del gobierno: de trece a nueve consejerías. No ha sido hasta este viernes cuando la jefa del ejecutivo ha concretado el reparto. Presidencia irá emparejado a Justicia e Interior; Economía, Hacienda y Trabajo; Educación, Universidades y Ciencia tendrá también el cargo de portavoz; Vivienda se enmarcará dentro de Medio Ambiente y Agricultura; Familia, Juventud y Política Social; Administración Local y Digitalización; Transportes e Infraestructuras; Cultura, Turismo y Deportes; y Sanidad.

Combativa contra la izquierda y los indultos

En la segunda sesión del debate se ha visto a una Ayuso menos presidencialista y más candidata, como durante la campaña electoral. Ha sacado su estilo propio para rebatir los discursos de la izquierda y ha acumulado ovaciones de su bancada al ritmo que pinchaba a la oposición. A la líder de Más Madrid, Mónica García, se ha referido en algún momento como "la feminista", hecho que ha escandalizado a la portavoz socialista, Hana Jalloul, porque indica un "menosprecio al movimiento entero". También ha acusado a García de cobrar el sueldo como médico del Hospital 12 de Octubre y de diputada del Parlamento autonómico. En el elenco de frases destaca cómo se ha referido a Más Madrid: "Comunisme rico de camiseta de Che Guevara del Duty Free".

Ayuso ha sacado pecho de los resultados electorales que obtuvo -se quedó a cuatro de la mayoría absoluta- y de cómo el mapa de la Comunidad de Madrid se ha teñido de azul. "El discurso obrero ha caído", ha celebrado la líder del PP, y ha remarcado que el cinturón rojo ya no existe. "Los ciudadanos quieren libertad, futuro y progreso, cosa que el PSOE ha abandonado. Los ciudadanos quieren huir de la miseria", ha seguido Ayuso. En su intervención no han faltado referencias al presidente español, Pedro Sánchez, y a los inminentes indultos para los líderes independentistas catalanes.

Con el mismo tono socarrón, Ayuso ha criticado que los socialistas hablen de "igualdad" y lo ha atribuido a la concesión del indulto. "El conflicto civil [en Catalunya] no ha ido a peor porque la mitad abnegada calla y cede", ha señalado, y ha denunciado que los presos políticos ahora "irán a la calle por igualdad". "Socialismo", ha ironizado. La presidenta madrileña ha recuperado el combate ideológico para acabar concluyendo que desde la óptica del PSOE la "igualdad es ruina". Además de criticar a los "corruptos independentistas", Ayuso también ha tenido tiempo de apuntar contra EH Bildu y dejar claro que no es comparable a Vox. "Es el brazo político de ETA y están en las instituciones gobernando con ustedes [dirigiéndose a la izquierda]", ha afirmado. "Podría hablar para equipararlos, pero no se me ocurre nada parecido. No conozco ningún otro partido que defienda los tiros en la nuca", ha añadido. 

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