Los chicos jóvenes de hoy: la generación más de derechas desde 1989

BarcelonaSegún una idea popular bastante extendida, ser de izquierdas sería más habitual en edades más prematuras, mientras que el conservadurismo se abrazaría a medida que nos vayamos haciendo mayores. "Ahora que soy mayor hay que tener los pies en el suelo", "la revolución es para los jóvenes". Estas ideas, junto con la compra de una vivienda o la voluntad de tener estabilidad vital son aspectos que se relacionan con la idea de que ser mayor y hacerse de derechas son dos elementos intrínsecamente ligados.

Según la tendencia que se ha ido detectando estos últimos años, sin embargo, habría que empezar a revisar este estereotipo popular. Los jóvenes cada vez son más de derechas, un fenómeno que se circunscribe sobre todo (o en exclusiva) a los hombres jóvenes. Si miramos la tendencia en los sondeos realizados por el Centro de Estudios de Opinión, los chicos de entre 16 y 24 años, en comparación con otras franjas de edad o con las chicas de la misma edad, son más partidarios de bajar los impuestos y de la gestión privada de la sanidad y la educación. Las diferencias son especialmente altas en términos impositivos: quieren pagar menos impuestos, aunque los servicios públicos se vean perjudicados. Una encuesta realizada por Ómnium Cultural a principios de 2024 confirmó la derechización y la españolización de los chicos jóvenes de nuestro país.

Nuevos datos publicados recientemente por elEstudio Electoral Europeo confirman que se trata de una tendencia que recorre buena parte de los países europeos. El análisis nos indica al menos dos patrones relevantes. Primero, se observa que los hombres que hoy tienen entre 16 a 29 años son más conservadores que cualquier hombre de la misma franja de edad desde 1989. Segundo, los hombres jóvenes de hoy no son sólo más conservadores que las mujeres de la misma edad, sino que lo son mucho más que los hombres de 65 o más años, que son los que hasta hace pocos años eran los más conservadores de todos.

Sin embargo, se trata de un conservadurismo diferente del patrón tradicional. Así, la religión o la tradición ya no emergen como puntales ideológicos de la nueva derecha joven. Por el contrario, los jóvenes de hoy tienen más tendencia a apoyar políticas más iliberales, más restrictivas en términos de igualdad de género, la desigualdad les preocupa menos o ven las políticas climáticas como un posible freno al crecimiento económico. En algunos casos, también quieren favorecer políticas migratorias más restrictivas. Unos patrones, eso sí, varían entre países: mientras en España, Francia, Italia o en la mayoría de países europeos occidentales los hombres jóvenes se desmarcan por la derecha, en Europa del Este la tendencia es menos marcada.

La extrema derecha se frota las manos

Poco a poco, este cambio de actitudes y valores se ha cristalizado en un cambio en el comportamiento electoral. Por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Europeo del año pasado, vimos cómo se acabó la Fiesta obtenía tres eurodiputados y lo hacía impulsado por el voto masculino: el 75% de sus votantes fueron hombres y muchos de ellos tenían entre 18 y 29 años.

Los motivos de fondo parecen haber sido diversos. Los avances conseguidos por las mujeres con las nuevas políticas de igualdad de género parecen haber creado un "rechazo de género", empujando a ciertos hombres jóvenes a sentirse perdedores del nuevo equilibrio político. Los estudios realizados hasta ahora nos indican que movimientos como el Me too o algunos debates culturales en torno a derechos raciales o de personas minorizadas se han percibido de forma negativa por parte de algunos hombres (sobre todo jóvenes). El hecho de que los hombres jóvenes se informen más por redes sociales y que su nivel de interés o información política sea especialmente bajo habría contribuido.

Aparte, la situación económica de los últimos años va invirtiendo progresivamente ciertos equilibrios económicos de género, en un cambio que es percibido como negativo por algunos hombres. Así, la juventud de hoy tiene ante sí enormes retos económicos, pero los hombres jóvenes se encontrarían en peor situación de partida. El nivel educativo de la nueva generación de mujeres es mayor y un número creciente de hombres jóvenes acaba desempeñando trabajos más precarios e inestables. Una transformación que se traslada incluso en el "mercado" del emparejamiento.

Con todo, la búsqueda hecha hasta ahora nos indica que el conservadurismo de los jóvenes no es una cuestión de edad, sino una mochila que se han puesto y que parece que cargarán cuando se hagan mayores. En términos electorales esto implica que, en el cómputo global de escaños, el impacto de su comportamiento es todavía limitado. Al fin y al cabo, el porcentaje de jóvenes es bajo. Sin embargo, a medida que se produzca el inevitable cambio generacional, su influencia seguro que se notará.

¿La tarea de los periodistas es influir?

Los fans del Padre Máquinas del ARA ya sabrán que en algunos rotativos las secciones de opinión política e información política son difíciles de identificar. Se podría decir que se trata de una sensación aislada y que el ínclito Álex Gutiérrez se dedica a enseñarnos sólo aquellas ocasiones en las que periodista y agente político se transmutan. Nada más lejos de la realidad. Según los datos recogidos por Worlds of Journalism, España es uno de los estados de la UE donde más periodistas creen que una de sus labores es la de influir en la agenda política (el 37% piensan así). Sólo se ve superado por Croacia y Estonia. En otras latitudes, como Austria o Alemania, la misma cifra no alcanza el 10%.