La ANC comienza a votar: ¿quién defiende y quién se opone a la lista cívica?
Tres de las cinco personas que han dirigido la entidad están a favor y seis de los nueve exvicepresidentes, en contra
BarcelonaEl debate sobre la lista cívica ha sacudido internamente a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), una entidad dividida ahora mismo en dos bandos. Quienes defienden que hay que seguir presionando a los partidos independentistas, como ha hecho la entidad desde su fundación en el 2012, y quienes apuestan por competir en las instituciones ante la parálisis del Proceso. Los primeros se han unido en un manifiesto en el que instan a votar no y denuncian que la lista vulnera los estatutos y pone en riesgo la transversalidad de la entidad. Los segundos, comandados por una dirección convencida de que hay que dar el salto al Parlament, defienden que sólo cumplen la hoja de ruta y han dado unas ochenta charlas por todo el país para convencer a los indecisos en la consulta que se inició la medianoche del jueves y que finalizará el 14 de marzo.
La mayoría de las asambleas territoriales y de las sectoriales de la entidad no se han pronunciado, pero sí lo han hecho buena parte de los dirigentes que fundaron la ANC o han estado en la dirección. Entre los opositores, cuatro de los nueve vicepresidentes firmaron el manifiesto: Carles Castellanos, Jaume Marfany, Pep Cruanyes y Jordi Pesarrodona. Rosa Alentorn, vicepresidenta en el primer mandato de Jordi Sànchez, también ha confirmado al ARA que se opone a ello: "Entiendo la necesidad de querer hacer algo para salir del punto donde estamos porque de los partidos no podemos esperar que nos lleven a donde queremos, pero si promueve la lista cívica será el final definitivo del ANC, porque no se creó para ello”. Tampoco está a favor el primer exvicepresidente de la Asamblea, Jordi Manyà: "Existen otras formas de trabajar e iniciativas como la segunda conferencia por el estado propio que permiten avanzar hacia el camino de una lista unitaria no competidora".
Entre los exvicepresidentes que sí apuestan por crear una candidatura electoral se encuentra la otra exvicepresidenta que estuvo un año en el segundo mandato de Sánchez, Natàlia Esteve. También la mano derecha de Elisenda Paluzie en su última etapa como máxima dirigente de la entidad, David Fernàndez, que ha participado en charlas que han convocado a las territoriales y en alguno de los pocos debates donde se han confrontado ambas posiciones. Quien no se ha pronunciado es Agustí Alcoberro, que ocupó la presidencia interina cuando Sánchez fue encarcelado. Sin embargo, hace un año Alcoberro sí suscribió un manifiesto contra la lista cívica impulsado por los secretarios que salieron de la dirección en desacuerdo con la dirección.
Entre las personas que han liderado la entidad, el sí se impone. Dolors Marin, primera presidenta de la entidad antes de que se presentara públicamente, en conversación con el ARA, dice que puede ser "un revulsivo para remover la tierra" que no ve "peligroso" y carga contra los fundadores que se autoproclaman" padres" de la Asamblea, por querer "aplastar" a la presidenta, Dolors Feliu, que, según ella, está cumpliendo con la hoja de ruta. Feliu ya ha dejado entrever que doblará si la lista cívica no prospera.
Su predecesora, Elisenda Paluzie, rompió su silencio el jueves en el acto central de la lista cívica. Lo hizo para defender que el proyecto, que se aprobó durante su mandato, ha hecho que "se hable de independencia y no sólo de represión". Antes ya había afirmado que veía "lógico que la Asamblea arriesgue y pruebe cosas porque su objetivo fundacional es la independencia" y que no hay mejor forma de presionar a los partidos que "el temor a perder votos".
Carme Forcadell, quien considera que como expresidenta no debe firmar ningún manifiesto que "contribuya a dividir la entidad", sí se ha manifestado en contra en varias ocasiones. “La función de la Asamblea no es presentarse a las elecciones, sino presionar a los políticos y movilizar a la gente para conseguir el derecho a la autodeterminación”, dijo en una entrevista en TV3. Su sucesor, Jordi Sànchez, nunca se ha pronunciado al respecto y tampoco ha querido hacerlo a preguntas del ARA.
El núcleo fundador, en contra
Los fundadores de la entidad, Pere Pugès y Miquel Sellarès, han suscrito el manifiesto en contra, así como otros miembros que contribuyeron a la constitución de la ANC como Lluís Llach, Blanca Serra y Julià de Jòdar. Otros no le han secundado, pero también se oponen, como Enric Canela, que anuncia que ya ha votado que no porque considera que una nueva lista "sólo fragmentará el voto". Entre este grupo de históricos, Àngels Folch es una de las pocas voces discordantes: "La transversalidad es una herramienta, no un fin, y ya hemos comprobado que los partidos la revientan".
De las 38 sectoriales que tiene el ANC, sólo se han pronunciado públicamente cinco y todas en contra, las de Administración Pública, Artistas, Personas Mayores, Inmigración y Represaliados. "No podemos estar supeditados a las estrategias de ningún partido", rebate desde la sectorial de Personas Mayores Carlos Feliu, que incluso ha hecho un cómic instante a votar que no, donde sale un matrimonio que son socios del ANC y repasan la historia de la entidad para acabar decidiendo que debe mantenerse como ahora.
De las 500 asambleas locales, sólo cinco tomaron partido y el resto no dio ninguna consigna. La primera en mostrar su rechazo fue la de Girona, antes de Navidad, en cuanto se constituyó el grupo de trabajo de la lista cívica. También se oponen los núcleos de Valls y Lleida, que lo acordó el jueves. A favor, las asambleas de Vilafranca y de Sants-Montjuïc, de dónde surgió la idea de la agrupación de electores. Donde no había una mayoría clara, las direcciones de algunos núcleos han optado por hacerlo en solitario y todas en contra como en la Selva, el Maresme o el Vallès. Mientras tanto, secretariado y opositores seguirán realizando actos para llevar el agua hacia su molino. Lo que está claro es que el futuro de la ANC se decide en las próximas semanas.