Toni Rodon: "No sabemos si polarizando mucho o poco se logra la independencia"

BarcelonaEl politólogo Toni Rodon, profesor de la UPF, ha escrito el libro Quien no quiera pulso... (Pie de Mosca, 2024) para tratar la polarización política, un fenómeno recurrente en el debate público y que también aborda en el caso catalán.

En el libro pretende desmontar que la polarización sea mala per se. ¿Hasta qué punto?

— En un mundo en el que hay un extremo en el que todo es una balsa de aceite y en el otro se matan por la calle, no es bueno estar ni en uno ni en otro. Ahora, a menudo por no cambiar nada la élite política se inventa una retórica que si se toca cualquier cosa, todo será un caos. En Cataluña se ha dicho que las familias estaban peleadas. Además, se ha sacralizado con la Constitución y todo lo que sale de ahí es el mal. Pero decir esto no es neutro, porque la política es la gestión del conflicto por vías democráticas.

Comenta que a raíz del Proceso los exclusivamente castellanohablantes han aumentado la confianza hacia su grupo lingüístico. ¿Aquello de las "dos Cataluñas" ha pasado?

— En cuestiones territoriales, más que "dos Catalunyas", hay tres: los que quieren elstatu quo; los que prefieren mayor descentralización o el modelo federal, y los independentistas. En otros temas existe más consenso como en el referéndum y en políticas como sanidad o educación. Espero que esto se deje de decir... La gran pregunta es: ¿para realizar cambios estructurales necesitas un 90% de apoyo?

La trampa de los porcentajes...

— Un 90% es muy poco realista porque ninguno de los grandes cambios que ha habido se ha logrado con tanto apoyo. Si se hubiesen buscado las tres cuartas partes o el 90% a favor, las mujeres hoy no podrían votar. O el estado del bienestar. Cierto que se sufrió mucho con la Guerra Civil y el franquismo y una parte de la gente ve la política como un conflicto. Y entiende, sobre todo la élite, que lo mejor es que manden ellos para evitarlo, como esa frase de Franco de "No se meta en política, como yo".

¿Un cambio como la independencia es complicado sin polarización?

— No ha habido ninguna región en el mundo occidental moderno que se haya independizado a través de un referéndum de autodeterminación. Bien, está el caso de Montenegro y Kosovo, diferentes de Cataluña, mientras que algunos cercanos que lo han probado como Quebec, Escocia o Puerto Rico fracasaron. No sabemos si polarizando mucho o poco se logra la independencia. Pero podría ir de las dos maneras: que sólo polarizando consigues la movilización de todos y lo legitimas; o que no es necesario polarizar porque los contrarios perciben que la independencia causaría tan pocas consecuencias que no les importaría.

¿Qué límites tiene la polarización y el consenso?

— Lo que diría es que ambos extremos son malos, pero que todo deba ser por consenso y no se dé oportunidad a la minoría de expresar sus opiniones es malo. Dentro de los extremos hay una posición: la mayoría de cambios sociales se producen cuando la gente empuja por debajo, con mucha movilización, o que la élite se dé cuenta de que para mantener lastatu quo deben realizarse cambios.

¿Se parece la situación catalana a la de EEUU?

— El caso de EEUU es un extremo, Cataluña nunca ha llegado a la polarización afectiva elevada en otros contextos. Además, a veces parece que los cambios pueden ser un desastre con conflicto civil, pero después sacan adelante y no ocurre. Cuando se aprobó el matrimonio homosexual salieron, dicen, un millón de personas callejeras en Madrid. ¿Se ha hablado más? No. Hay cosas que parecen conflictivas y que la gente asume rápidamente.

¿La situación de polarización en España es mayor que en Catalunya?

— Un estudio delEuropean Political Research dice que Madrid es la comunidad autónoma más polarizada del Estado, aunque tampoco a niveles americanos. Pero en la sociedad catalana y española, aunque todavía vivimos con cierta burbuja, existe interacción con grupos que piensan diferente.

También relativiza el papel de las redes en la polarización.

— Todos los estudios apuntan a que incluso hay más interacción con la gente que piensa diferente, básicamente en X. No es que el mundo virtual cree la polarización, sino que se traslada del mundo real. Las redes a lo sumo pueden amplificar mensajes.