Noche electoral a ritmo de cumbia y reggaeton
La música suena fastidiosa a ritmo de cumbia y reggaeton. Hay puestos de venta de comida y otros de ropa y artesanía. Y sobre todo mucha gente: algunos bailan, otros ríen, cantan, beben, comen… Esto es una fiesta. “Celebramos que el buque Gloria de la armada colombiana ha atracado en Barcelona coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de Gabriel García Márquez. Es un homenaje al escritor”, dice un joven colombiano a voces, para hacerse oír a pesar de la música. Tanta euforia nada tiene que ver entonces con el aumento sideral de escaños del Partido Popular, aunque la fiesta se celebra justo frente al lugar donde la formación conservadora sigue el escrutinio de las urnas, en el selecto Hotel Eurostars Grand Marina, en el Moll de Barcelona.
Dentro del hotel, el ruido del mundo queda ahogado por las notas de un piano que una mujer lleva rato tocando en la cafetería de la primera planta. Los turistas cenan ajenos a las votaciones de Catalunya. Muchos están rojos como gambas por el sol de este fin de semana. A los periodistas también los han concentrado en la primera planta, pero dentro de una sala donde suena un hilo musical con la sintonía del PP que ha estado agujereando los oídos de los reporteros durante toda la santa noche, excepto cuando ha aparecido un representante del partido para valorar los resultados de las elecciones.
A las nueve y media de la noche sacan por fin algo para cenar: una bolsa para cada periodista con un par de minibocadillos, fruta y bollería industrial. Pero no es suficiente para todos y algunos informadores se quedan sin comida. Luego llevan unas cuantas bolsas más, pero contadas.
“Ya nos tocaba celebrar algo”, comenta un interventor del PP, cuando el recuento evidencia que la formación ha multiplicado por cinco su representación en el Parlament. Empiezan los besos, los abrazos... “¡Hay que poner la música!”, exclama una interventora. "Sí, la música", insisten otros. El cabeza de lista, Alejandro Fernández, es recibido con un atronador aplauso de sus seguidores en la sala de prensa y empieza a sonar a toda castaña la canción con la que el PP ha acompañado toda su campaña. "Volem, volem, una Catalunya de primera", dice el estribillo. Algunos arrancan a bailar, e incluso hay quien intenta hacer la conga. Con todos los respetos, los colombianos les dan mil vueltas celebrando fiestas.
