O presidentes o nada más

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El presidente, Pere Aragonès, y el expresidente Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo

BarcelonaJordi Pujol llegaba al término de sus 23 años de mandato sin que Catalunya hubiera regulado todavía la salida de los presidentes de la política. Se hizo a toda prisa en abril del 2003, unos meses antes de que hubiera el primer relevo en la Generalitat en democracia. Aquella ley, aprobada por unanimidad, ponía a disposición de los expresidentes una oficina y una remuneración económica para que dieran el paso a la reserva con “la dignidad y el decoro que corresponden a las altas funciones ejercidas”. Pujol tenía 73 años cuando le pasó el testigo a Pasqual Maragall. Desde entonces, por Palau han pasado otros seis presidentes, los mandatos han sido mucho más cortos, y todos han terminado su mucho más jóvenes. Por eso, desde hace años tiene sentido preguntarse qué harán los presidentes cuando dejen el cargo.

Es lo que han estado respondiendo en los últimos días tanto Carles Puigdemont como Pere Aragonès. Ambos se presentan con la intención de obtener un segundo mandato, sabiendo de la dificultad que en Cataluña comporta esta empresa. ¿Qué ocurrirá si no lo consiguen? El primero en responder fue hace diez días Puigdemont, que en la práctica ya ha estado ejerciendo otras funciones en política tras ser destituido por el gobierno español en octubre del 2017. “En absoluto me veo de jefe de la oposición [. ..]. No puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la presidencia”, explicó en una entrevista en RAC1, en la que añadió que tendría “poco sentido” volver al Parlamento para “controlar” a otro presidente o marchar a “calentar una silla ” en el Senado, en clara referencia a José Montilla.

El expresidente socialista fue, de hecho, el primero –hasta ahora, el único– que abrió la veda a seguir con la carrera política después de la presidencia. Tenía 55 años cuando Artur Mas le quitó el relevo. Primero en el Senado y más tarde como consejero de Enagás, donde compatibiliza su labor con la de expresidente, todavía permanece activo a los 69 años. Puigdemont tiene 61, pero Pere Aragonès podría ser el expresidente más joven de la historia reciente si deja de serlo a partir del 12 de mayo –ya fue el presidente más joven, superando a Jordi Pujol.

La juventud como variable

Aragonés tiene 41 años y casi tres décadas de vida laboral por delante. Es lógico pensar que su decisión pueda ser diferente a la que han tomado la gran mayoría de presidentes antes que él y más teniendo en cuenta que, a pesar de su juventud, lleva toda una vida dedicada a la política (a los 23 años debutó como diputado en el Parlamento). Lo que sí tiene claro es que, de no lograr la reelección, no seguirá en el ejecutivo. “Cuando has sido presidente de la Generalitat, es muy raro continuar en el Govern como consejero, porque eres depositario de la institucionalidad histórica”, dijo esta semana al 3/24. O presidente o nada vienen a decir Puigdemont y Aragonès, aunque este último no descarta otros roles, por ejemplo en el Parlament. ¿Y Salvador Isla? Tome la decisión que tome, lo hará desde otro punto de partida: hasta ahora, su nombre no ha formado parte de la larga lista histórica que estrenó en 1359 Berenguer de Cruïlles.

Los detalles de la semana

1.
Puigdemont y un reencuentro que recuerda al 1-O
Meritxell Ruiz: "Era evident que s'incrementaria la tensió dialèctica"

Desde las afueras de Perpiñán, donde ha instalado su oficina, Carles Puigdemont ha ido recibiendo estos días a representantes del mundo económico y social. Se reencontró con la cúpula de Fomento en una foto simbólica. Pero no fue la única. El viernes se reunió con representantes de la escuela cristiana, con Meritxell Ruiz al frente. Ella fue una de las consejeras que dimitieron antes del 1-O.

2.
El 'Flying free' de Pere Aragonès
Pere Aragonès, al seu Tik Tok

En campaña, los candidatos suelen abrirse más que de costumbre, explicando curiosidades, deseos o confesando algunas interioridades. Esta semana hemos visto cómo en el test de TV3 Salvador Illa explicaba que le gusta mucho la kombutxa y cómo Carles Puigdemont reconocía que no le gusta el queso. A través de las redes de ERC, Pere Aragonès ha explicado que una de sus canciones favoritas es Flying free.

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