BarcelonaVivimos una época en la que todas las historias son susceptibles de ser comercializadas. El auge de las plataformas digitales y su necesidad de ofrecer contenido nuevo y, en ocasiones, de calidad les lleva a explorar a menudo el terreno de los documentales sobre momentos concretos de la historia reciente. En el mundo del fútbol, por ejemplo, se ha recreado desde dentro la temporada del triplete del Manchester City o la menos lucida experiencia de Xavi en el banquillo del Barça. En el ciclismo, el equipo Movistar ha mostrado cómo un deporte de tanta exigencia física no comporta necesariamente la misma exigencia táctica. En política, han documentado las campañas que llevaron a Barack Obama o Donald Trump en la Casa Blanca y, recientemente, el día a día de Pedro Sánchez en la Moncloa. Pero seguramente el documental más icónico sea el de la última temporada de Michael Jordan en Chicago Bulls.
The last dance enseñó lo mejor y también lo peor de uno de los mejores equipos de la historia de la NBA, comandado por el GOAT, como gusta a los estadounidenses etiquetar las leyendas. Todo el mundo sabía que la 97/98 sería la última temporada de Jordan y de buena parte de esos jugadores juntos, ya alguien se le ocurrió la idea de grabar todas sus interioridades por si algún día había que enseñarlas al mundo, aunque terminara siendo 20 años después. Salvando todo un océano de distancias, este 2024 asistiremos a Catalunya a otro último baile, sin GOAT y probablemente sin final feliz: si no hay sorpresa mayúscula, Ciutadans afronta la última campaña electoral antes de bajar la persiana.
Sería sorprendente que fuera TV3 quien se encargara del documental. Ciudadanos le ha definido durante todos estos años como un “instrumento de propaganda”. Tampoco parece probable que la lengua empleada fuera el catalán. Podría ser bilingüe, como reivindicaban sobre todo al principio, aunque es más factible que se eligiera el castellano, el idioma que se conjuraron en proteger de la “persecución” que sufre en Catalunya. Y a diferencia de los Bulls, no podrían salir sus mejores jugadores: en ausencia de Albert Rivera e Inés Arrimadas (y de tantos otros que han acabado marchando), será Carlos Carrizosa quien se juegue los balones calientes.
La caída desde el cielo
Hubiera sido un final aún más cruel si Arrimadas hubiera aceptado el ofrecimiento del PP para realizar campaña con ellos. Claro que cuando se lo propusieron, los populares todavía negociaban la absorción de Cs, que esta semana ha quedado descartada. Aún le quedarán las europeas de junio, pero si Ciutadans nació en Catalunya, sus dirigentes han decidido que sea en Catalunya donde muera con sus siglas. Las que le permitieron hacerse un agujero en el Parlament en el 2006 y capitalizar su beligerancia discursiva contra el Proceso, la inmersión lingüística y el nacionalismo. El catalán, claro. Ahora hace tiempo que han perdido la influencia especialmente mediática que un día tuvieron, pero no hace tanto que ganaron las elecciones catalanas, las del 155. Las encuestas –esta misma semana la del CEO– no dan mucho margen de duda: en menos de siete años pasarán de ser el primer partido del Parlamento en desaparecer de la cámara.
Los detalles de la semana
Esta semana hemos oído la propuesta del Govern para resolver el déficit fiscal de Catalunya. En lugar de pacto fiscal le ha llamado financiación singular, Pero no es un nombre nuevo. En el 2012 fue el PP quien le eligió en su congreso en Catalunya para defender la ordinalidad del modelo y limitar la solidaridad territorial. A los populares catalanes les enmendaron la página sus compañeros de partido en Madrid.
Ha empezado el baile de encuestas sobre las elecciones del 12-M. De momento, todas apuntan a que el PSC parte del primer puesto y que Junts y ERC se estarían disputando el segundo. Ahora bien, circulan tantas en las redes que el conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano, se ha fijado en una del ICPS que parece darle la victoria a ERC. Sin embargo, el director del estudio tuvo que recordarle que la encuesta se realizó el pasado otoño.