ERC dice que sí y Junts que no. ¿Se está cumpliendo el acuerdo de Govern?

BarcelonaPere Aragonès fue investido 132º president de la Generalitat solo cinco días antes de que se agotara el plazo para que se repitieran las elecciones en el Parlament. Unos días antes el propio Aragonès había firmado el acuerdo de gobierno con el entonces secretario general de JxCat, Jordi Sànchez. Un acuerdo que hoy es el arma arrojadiza entre Junts y ERC y el detonante para que se acabe rompiendo el ejecutivo. La auditoría del pacto que hizo Junts este verano concluyó que había tres puntos en el ámbito nacional que no se estaban cumpliendo: dirección estratégica del independentismo; mesa de diálogo; y coordinación en Madrid. ERC replica que los ha cumplido los tres. ¿Se está cumpliendo o no el acuerdo de gobierno?

"Todos estos puntos se cumplen sobradísimamente", decía el presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, recientemente en Catalunya Ràdio. "Se cumplen desde el primer día y del todo", insistía en esa misma entrevista, en la que también apuntaba que lo hay que determinar es si Junts quiere seguir en el Govern "de forma leal con el president". Si en la mesa de diálogo no hay representantes de Junts es porque no han querido situar consellers y si las votaciones en Madrid no son del todo coincidentes es porque "en un 10% de las ocasiones Junts ha decidido votar junto a Vox y PP" -y, se entiende, ERC junto al gobierno español-. Más conciliador se mostró el president de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el debate de política general -hasta que le pusieron la cuestión de confianza sobre la mesa-: "El Govern necesita estabilidad y se tiene que basar en el acuerdo de legislatura y el plan de gobierno. Pero un acuerdo no son solo tres puntos, son muchos más".

Aragonès reconocía carencias en los tres aspectos que señala Junts, pero les daba respuesta. La dirección estratégica del Procés quedó hecha añicos ahora hace un año, después de haberse reunido durante algunos meses sin adelantos relevantes. "La voluntad de tener un espacio donde se compartan estrategias y análisis está toda", dijo Aragonès, a pesar de reconocer las dificultades. Una de ellas, por ejemplo, es el encaje del Consell de la República que preside Carles Puigdemont y que los republicanos no quieren ver pilotando el Procés. Para reforzar la mesa de diálogo, Aragonès insistió en la necesidad de que Junts nombre a miembros del Govern y sobre la coordinación en Madrid subrayó que tenía que ser compatible con el hecho de que ERC tiene 13 diputados en el Congreso y Junts solo 4. Y también se tendría que ampliar en el Parlamento Europeo, añadió.

Junts lo ve completamente diferente. "Necesitamos concreciones, garantías y plazos", ha expresado este martes su presidenta, Laura Borràs, a Catalunya Ràdio. Después de 18 meses de Govern ya no se fían de lo que hay escrito en el pacto de legislatura porque no detectan adelantos en el compromiso de "culminar la independencia" que hizo Aragonès. "Lo que pedimos es que cumplan el acuerdo de Govern, que no tendría que ser tan extraño". Tanto ella como el pasado martes Albert Batet citan el caso de la Ley de la Ciencia, que la consellera Gemma Geis defendía en un sentido y el grupo de ERC en el Congreso votó en sentido contrario. En la mesa de diálogo, Batet recordaba que no se había pactado el "veto" a sus representantes -sean o no miembros del Govern- y sin dirección estratégica que fije las bases de la confrontación consideran que no se están respetando los puntos "nucleares" del pacto, que pasamos a detallar a continuación.

Mesa de diálogo

Uno de los principios que sale en el acuerdo de Esquerra y Junts es que el objetivo del Govern es ejercer la autodeterminación y conseguir la amnistía. Para hacerlo Esquerra se compromete a "seguir explorando al máximo" la mesa de diálogo, mientras que JxCat asume "darle una oportunidad". "El escepticismo y las dudas de Junts per Catalunya sobre los resultados de la mesa de diálogo no serán un impedimento para trabajar y participar lealmente en el proceso de diálogo y negociación con el gobierno español", dice el acuerdo de legislatura. Sobre la delegación que tiene que representar la parte catalana, el pacto afirma: "La delegación catalana en el proceso de negociación será escogida por consenso y nombrada por el Govern, con la voluntad de que represente la pluralidad del proyecto independentista".

Los socios, sin embargo, no consiguieron llegar a ningún acuerdo sobre la delegación que tenía que representar a la Generalitat y un año después del acuerdo solo Esquerra se ha implicado en la mesa de diálogo mientras que Junts la ha dado por liquidada.

Dirección estratégica

El acuerdo de gobierno hace un reconocimiento a la estrategia de negociación de Esquerra, pero también a la "confrontación democrática" que defiende Junts. Así, recoge la creación de una "dirección estratégica" del Procés (en concreto lo denominan "espacio de coordinación, consenso y dirección estratégica colegiado") para construir un acuerdo sobre el rumbo del independentismo. Dice que tienen que formar parte cinco organizaciones con dos o tres representantes cada una (ERC, Junts, la CUP, ANC y Òmnium) y se tiene que "coordinar" con el Consell de la República, presidido por Carles Puigdemont.

Al principio de la legislatura se empezaron a hacer reuniones, pero no avanzaron. Ahora mismo está parado, también por las reticencias del resto de integrantes. "Un acuerdo de dos no puede condicionar al resto", reconocía la semana pasada Aragonès en el Parlament. Tampoco se ha reformulado por acuerdo de los partidos independentistas el Consell per la República, que ha decidido sacar adelante su hoja de ruta de renovar a los miembros y hacer una asamblea de representantes.

Coordinación en las cámaras parlamentarias

El pacto entre Esquerra y Junts prevé la "coordinación de la acción institucional" en las diferentes cámaras parlamentarias y articular un espacio de "trabajo y comunicación permanente" entre el Govern y los grupos parlamentarios que tengan representación en el Congreso de Diputados liderado por el president, Pere Aragonès, y el vicepresidente, Jordi Puigneró -destituido la semana pasada-. Este espacio no existe (Esquerra y Junts hacen las reuniones semanales de coordinación genéricas) y en la cámara española cada uno promueve su estrategia, también en votaciones que pueden afectar a las competencias de la Generalitat. Esquerra es un aliado del gobierno español en las votaciones, mientras que Junts se desmarca.