CRÓNICA

Feijóo recupera la línea dura de Casado contra el catalán

Sánchez rebaja el tono contra el líder del PP para no hacer descarrilar las negociaciones por el CGPJ

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Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez durante el debate en el Senado .

MadridSi alguien pensaba que Alberto Núñez Feijóo adoptaría un tono más conciliador que Pablo Casado en la cuestión territorial o lingüística estaba muy equivocado. Cuando todos los focos están puestos en la guerra de Ucrania y en sus consecuencias económicas, cuando el debate sobre la factura energética o los impuestos es lo que copa las tertulias y las portadas de diario, y cuando Feijóo hace bandera de hablar gallego y de practicar un "bilingüismo cordial", el PP no quiere renunciar a uno de sus grandes clásicos: la supuesta persecución del castellano en Catalunya. "Yo quiero a España y me comprometo a no pactar con los independentistas para prohibir el español en las escuelas", ha dicho Feijóo en medio de una atronadora ovación de la bancada popular en el Senado. El escenario era el cara a cara con Pedro Sánchez, donde el presidente del gobierno ha ido a explicar su plan para hacer frente a la crisis inflacionaria.

En general, y a diferencia del debate de hace un mes, Feijóo ha sido más agresivo con Sánchez que Sánchez con Feijóo. Ahora bien, el presidente español tampoco se ha escondido: "¿Qué Catalunya prefiere usted, la de octubre del 2017 o la del 2022?", le ha espetado en medio de los aplausos de la bancada socialista. De alguna manera, es como si el PP no confiara lo suficiente en hacer una oposición económica, que es lo que parecía que quería hacer Feijóo en un inicio, y sabe que no puede renunciar a la bandera. Por eso Sánchez le ha reprochado que lo considere una especie de mal español. "Yo quiero a mi país al menos tanto como usted", lo ha advertido. Aún así, el presidente español ha rebajado el tono para no poner en peligro las negociaciones para renovar el CGPJ. El resultado ha sido que Feijóo ha aparecido más crispado que de costumbre.

En el debate con el resto de grupos, Sánchez ha sido especialmente duro con Junts, partido al que ha acusado de no "hacer política ni en Catalunya ni en España" y de estar "encendiendo velas para que gobierne la derecha y la extrema derecha porque piensan que así podrán volver al octubre del 17". El senador de Junts, Josep Lluís Cleries, ha acusado a Sánchez de incumplir sus compromisos con Catalunya y lo ha aprovechado también para criticar a ERC por su apoyo al ejecutivo.

En respuesta a la senadora de ERC Mirella Cortès, Sánchez ha instado a los republicanos a abrir una mesa de diálogo entre partidos catalanes aprovechando la salida de Junts del Govern. En su comparecencia en el Senado, ha rechazado "lecciones de democracia" por parte de Esquerra y ha cuestionado la "independencia" de TV3. Antes Cortès había cuestionado que España sea una democracia plena mientras haya represión al independentismo.

Debate económico

En cuanto al debate económico, no ha habido grandes novedades respecto a lo que se vio la semana pasada en el Congreso. Sánchez ha tejido su discurso alrededor de una idea básica: del mismo modo que el gobierno español dobló la curva de los contagios durante la pandemia, ahora hará lo mismo con la inflación con sus paquetes de medidas. Por su parte, Núñez Feijóo, que disponía de solo 15 minutos, le ha querido devolver a Sánchez las descalificaciones que le dedicó en septiembre: "Que el gobierno siempre se equivoque en sus previsiones económicas, ¿es insolvencia o mala fe?", ha dicho.

A partir de aquí, se han sucedido los reproches. Feijóo ha recordado que España está a la cola de Europa en cuanto a la recuperación del PIB prepandemia: "Usted dejará de ser presidente y España no habrá recuperado su PIB", ha subrayado. Sánchez, por lo contrario, ha sacado pecho del impacto de sus medidas, sobre todo de la rebaja de la inflación del 10,5% al 8,9%, y ha contraatacado recordando la gestión de Feijóo en la Xunta: "Usted me critica por aumentar la deuda pública, pero se olvida de decir que usted la triplicó en Galicia". Sánchez ha intentado que el líder de la oposición se mojara sobre la subida de las pensiones según el IPC o sobre los impuestos a las eléctricas y las entidades financieras, pero Feijóo ha pasado de puntillas sobre estas cuestiones para hacerle una contrapropuesta envenenada: "Retire usted el proyecto de presupuestos y entonces podremos hablar", le ha dicho consciente de que pide un imposible.

El duelo entre los dos llega en plenas negociaciones para renovar el CGPJ y después de que el CIS, con la credibilidad muy tocada, otorgue cuatro puntos de ventaja al PSOE sobre el PP. Feijóo parece haber comprado la idea de la línea dura del partido (Ayuso), que consiste en presentar a Sánchez como un peligro para España. La incógnita ahora es si, a pesar del buen tono de Sánchez, Feijóo se atreverá a pactar el CGPJ con el demonio.

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