¿Cómo funcionará el cordón sanitario en Vox y en Aliança Catalana?

El acuerdo no prevé introducir en el reglamento sanciones por los discursos de odio, como habían pedido ERC y la CUP la pasada legislatura

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Ignacio Garriga y Silvia Orriols.

BarcelonaLas elecciones catalanas dieron representación a dos fuerzas de extrema derecha en el Parlament: Vox y Aliança Catalana. Para evitar que la tribuna les sirva de altavoz para el discurso del odio, el PSC, Junts, Esquerra, los comunes y la CUP han renovado el compromiso de cordón sanitario que ya pactaron en el 2021 para parar los pies a Vox cuando irrumpió en la cámara catalana. ¿Cómo lo harán? De entrada, impidiendo que las proposiciones de ley que presenten lleguen al pleno, así como evitando que tengan cargos en las comisiones o que puedan sacar adelante iniciativas parlamentarias propias, según explicaron diputados de los cinco partidos en rueda de prensa este miércoles. La principal novedad del nuevo cordón es que contará con una comisión de seguimiento en la que participará la entidad Unidad contra el Fascismo y el Racismo en la que serán diputados de cada grupo firmante. Como la pasada legislatura, los grupos se comprometen a no negociar ninguna iniciativa con Vox ni Alianza ya no invitarles a las reuniones de trabajo. La cámara también reafirma el compromiso con el feminismo y el antiracismo con medidas como el recuento de las muertes en el Mediterráneo o los feminicidios que han tenido lugar en Cataluña.

Desde que el Parlament se constituyó el 10 de junio, los grupos ya han tomado decisiones encaminadas a limitar el protagonismo de la extrema derecha en la cámara. Por ejemplo, volviendo a evitar que Vox tenga un senador autonómico. A todo esto se añade la voluntad declarada del presidente del Parlament, Josep Rull, frenar las intervenciones de diputados que atenten contra los derechos humanos, sean espanyolistas o independentistas. Paradójicamente, la reforma del reglamento acordada por estos cinco grupos y que se votará el día 25 de julio en el Parlament permitirá que la CUP tenga grupo propio y deje todo el protagonismo del grupo mixto en Aliança Catalana, que ya no tendrá que compartir tiempo con los cuperos en los debates.

"Es importantísimo que haya un esfuerzo de intentar combatir y aislar socialmente los discursos de la extrema derecha", ha defendido el diputado del PSC Ferran Pedret. Desde Junts, Judith Toronjo ha celebrado que el acuerdo suma "casi el 80%" de las fuerzas políticas catalanas, mientras que la republicana Najat Driouech ha resaltado que el cordón sanitario de 2021 permitió convertir a Vox en "irrelevante": "Desgraciadamente": , esto no ha impedido que partidos como Aliança Catalana hayan entrado en el Parlament", ha lamentado la diputada, que ha recibido los ataques de Silvia Orriols en su propia piel para llevar velo. "En la extrema derecha ni agua, ni en catalán ni en castellano", ha afirmado Andrés García Berrio (comunes). Por su parte, la diputada de la CUP Laure Vega ha subrayado que, más allá de los cordones sanitarios, el problema de la extrema derecha subsistirá "mientras exista una sociedad desigual" y, en este sentido, ha negado que el hecho de que Alianza tenga próximamente el grupo mixto para ella sola tenga incidencia en el avance de la extrema derecha.

Aunque CUP y ERC lo plantearon la pasada legislatura, el nuevo cordón sanitario no recoge ningún compromiso para imponer sanciones a los diputados que hagan discursos del odio desde la tribuna del Parlament. Ninguno de los dos partidos renuncia, pero consideran que es un tema a tratar en los foros de debate de reforma del reglamento. ¿Por qué no se ha aprovechado la reforma en curso para ello? Ninguno de los representantes en la rueda de prensa ha querido aclararlo, pero Toronjo ha apuntado que el cordón sanitario es un "primer acuerdo" al que se puede dar continuidad con otras medidas. La pasada legislatura, algunos partidos habían expresado dudas de que se pudiera sancionar a un diputado por los discursos desde la tribuna (todas sus opiniones en ejercicio de su cargo están protegidas por ley). El pacto sí prevé introducir sanciones por quien no firme el Compromiso contra la discriminación y el acoso de la cámara catalana.

Sigue la estela de la campaña

El compromiso presentado este miércoles, y bautizado con el nombre deAcuerdo por un Parlamento comprometido con la democracia, los derechos y la diversidad, sigue la estela del documento que ya firmaron los cinco partidos en campaña por no aceptar ni "por activa ni por pasiva" el apoyo de Alianza o Vox en una eventual investidura. Los dos candidatos que aspiran a someterse a ellos, Salvador Illa y Carles Puigdemont, han cumplido su palabra y no han ido a buscar sus votos. Unos votos que, por otra parte, tampoco resolverían la aritmética parlamentaria que ambos deberían cuadrar para conseguir ser investidos: en el caso de Isla, debería apoyar tanto a PP como a Vox, un escenario que no está sobre la mesa y al que ninguna de las partes involucradas se presta; en el de Puigdemont, los dos diputados de Aliança Catalana no supondrían ningún cambio en una suma que, para ser viable, debería contar con la abstención del PSC. El documento firmado por los cinco grupos recoge también este compromiso de no buscar los votos de la extrema derecha para formar gobierno.

Tanto Vox como Aliança ya han reaccionado al renovado cordón sanitario. El líder de Vox en Catalunya, Ignacio Garriga, ha avisado de que no les harán "callar" en materia migratoria o fiscal, mientras que la alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança, Sílvia Orriols, ha señalado Junts para "extender la mano al PSOE del 155 y de la cal viva y negarla a los nacionalistas catalanes".

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