Iglesias presiona a Sánchez para evitar un gobierno monocolor

BarcelonaUna vez frenado en las urnas el tripartito de la derecha, Pablo Iglesias busca ahora que el gobierno de Pedro Sánchez vire más hacia la izquierda de la mano de un ejecutivo que incluya también a representantes de Podemos. El líder del partido lila aprovechó la celebración del Primero de Mayo para subir el tono de sus reivindicaciones, y avisó al PSOE que los españoles votaron el 28-A a favor de que el próximo gobierno del Estado tenga “un programa de izquierdas”. “En España ya no habrá gobierno de partido único”, remarcó. Antes, en un artículo publicado en El País, Iglesias ya había asegurado que su partido trabajará para convencer a Sánchez —que la semana que viene iniciará una ronda de contactos con los líderes del PP, Ciudadanos y Podemos— de que articule un gobierno de coalición “estable, de izquierdas y dialogante”.

Sin embargo, la fuerza de los de Iglesias para obligar a Sánchez a incorporarlos al gobierno es escasa. La experiencia del 2016 —en el que la repetición de elecciones reforzó a los partidos conservadores— desaconseja el bloqueo, y el partido lila no puede permitirse ser percibido como la formación que ha brindado una nueva oportunidad al PP, Ciudadanos y Vox. No obstante, aferrándose al hecho de que la misma militancia del PSOE recibiera el domingo por la noche a Sánchez con el grito de “Con Rivera no”, Iglesias aspira a arrastrar al PSOE a un acuerdo estable con la formación lila que lo aleje de acuerdos programáticos puntuales con PP o Ciudadanos. Sin el pacto con Podemos, pronosticó, los socialistas acabarían poniéndose de acuerdo con la derecha en las cuestiones económicas, “como ha pasado siempre en la historia de España”. Y puso como ejemplo las presiones que ya ha recibido el PSOE desde el mundo empresarial para que no pacte con Podemos.

Iglesias intenta así que el PSOE no dé por descontados sus votos. Sin hablar en ningún momento de bloquear la investidura, el líder de Podemos avisó que sus diputados serán “una roca para defender la mayoría española que pide acuerdo, entente y programa de izquierdas”. Sin embargo, el PSOE mantiene su voluntad de gobernar en solitario con geometría variable para poder buscar acuerdos diferentes en cada caso.

Iglesias y Sánchez tendrán, sin embargo, oportunidad de hablar en la reunión que mantendrán la semana que viene. El presidente español anunció ayer que quiere reunirse con los líderes del PP, Ciudadanos y Podemos el lunes y martes que viene para valorar el escenario que dejan las elecciones del 28 de abril. Una ronda de reuniones de la que ha dejado fuera a Vox, pero también al resto de partidos que formarán el nuevo Congreso, entre ellos los independentistas. Ante esta ausencia, ayer el presidente del Parlament, Roger Torrent, y el consejero Chakir El Homrani instaron a Sánchez a visitar a Oriol Junqueras en la prisión de Soto del Real en cuanto ganador de las elecciones españolas en Cataluña. Desde JxCat, Elsa Artadi urgió al líder del PSOE a decidir si va “hacia la represión o hacia el diálogo”.

Vox protesta por no ser citado

Quien también protestó porque no ha sido citado en la ronda de contactos de Sánchez fue Vox. El secretario general de la formación de extrema derecha, Javier Ortega-Smith, opinó que aislando a Vox el PSOE “pone de manifiesto su talante poco democrático y su poca altura de estado”. Sí que irán al encuentro los líderes del PP y Cs, Pablo Casado y Albert Rivera. Aunque ninguno de los dos dará apoyo a la investidura, en el caso de Casado prevé proponer a Sánchez una bajada de impuestos y “medidas urgentes para garantizar la convivencia en Cataluña”, mientras que Rivera se presentará en la Moncloa para trasladar al líder del PSOE su intención de liderar la oposición —a pesar de no ser la segunda fuerza en el Congreso— “con firmeza y sentido de estado”.

A pesar de las primeras reuniones, Sánchez no prevé tener gobierno hasta finales de junio.