El juez que investiga el espionaje a Sánchez que ya chocó con Marruecos

Si las relaciones entre España y Marruecos no son fáciles en el plan político, tampoco lo son en el judicial. Lo sabe bien José Luis Calama, magistrado de la Audiencia Nacional encargado de la instrucción de la causa sobre el espionaje en los móviles del presidente español, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. Las primeras sospechas apuntan hacia el país vecino por la coincidencia entre las pinchadas y la entrada de inmigrantes en Ceuta de mayo del año pasado como revancha por la acogida del líder del Polisario en un hospital de Logroño. Las expectativas de que Marruecos colabore son escasas, teniendo en cuenta los precedentes: en octubre de 2013 dos jóvenes melillenses murieron tiroteados desde una patrullera de la marina marroquí. En septiembre de 2020 Calama constataba las dificultades para investigar ante las resistencias de Rabat.

Calama, en la carrera judicial desde 1988, ha pasado por juzgados de instrucción de Sigüenza, Barcelona y Valladolid, y desde 1996 ocupaba el número 15 de Madrid. En 2018 relevó a Fernando Andreu en la Audiencia Nacional, donde ha heredado la causa sobre la compra del Banco Popular por parte del Santander por un euro. Decisiones como imputar el banco de Botín y dejar en libertad a un investigado por terrorismo yihadista -las dos revocadas por la sala- revelan una difícil “adaptación” en sus inicios, según fuentes judiciales. Y eso que es un juez discreto. Tanto que no es fácil encontrar una foto suya en público. También causó polémica que el septiembre pasado rechazara prohibir una manifestación en homenaje al etarra Henri Parot. Es metódico y madrugador, discreto y de buen trato con los funcionarios, a diferencia del que recibe él de Marruecos.