CRÓNICA

Junqueras en Madrid: la independencia explicada como una ecuación matemática

El presidente de ERC se reafirma en la decisión de no asistir a la manifestación de la Diada

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Oriol Junqueras durante su intervención al Foro Europa en Madrid

Madrid"¿Es fácil sacarle un titular a este tío?", pregunta un miembro de la organización del Fórum Europa de Madrid a los periodistas una vez acabada la intervención de Oriol Junqueras. Los que todavía no lo conocen no dan crédito ante las digresiones del presidente de ERC en su primera intervención pública en la capital del Estado desde que salió de la prisión. Pero Junqueras es así. Se lo tiene que saber interpretar. Y a su manera lanza los tres mensajes que quiere transmitir. Uno a la ANC, uno a Junts y uno a Manuel Marchena.

El presentador del acto, José Luis Rodríguez, dispara a bocajarro la primera pregunta: "¿Volverían a tomar la misma decisión de no asistir a la manifestación de la Diada?" Y Junqueras, rompiendo su hermetismo habitual, responde con claridad: "Sí. ¿Por qué? Porque estamos convencidos de nuestro mensaje integrador e inclusivo". Una manera de decir que el de la ANC no es ni integrador ni inclusivo. A la pregunta de qué opina sobre la propuesta de la ANC de declarar la independencia el segundo semestre de 2023, vuelve el Junqueras habitual, y en este caso recurre a una metáfora matemática. "Miren, si la independencia fuera una ecuación, el tiempo no es una variable independiente. Es una variable que depende de otra variable, de la fuerza democrática que seamos capaces de acumular". Queda claro, pues, cuál fue para Junqueras uno de los grandes errores del Procés: fijar plazos temporales. La independencia se podrá hacer cuando haya "amplias mayorías sociales", y en eso trabaja ERC, según Junqueras.

En primera fila lo escuchan diputados y senadores de ERC, muy necesitados de autoestima después de una Diada difícil para ellos. De hecho, no está claro si Junqueras habla para Madrid o para los suyos, para que no les tiemblen las piernas ante la presión de Junts. "Estamos muy convencidos de nuestra estrategia, pero es que además no hay ninguna otra sobre la mesa", espeta Junqueras, que los anima a no tener miedo de confrontar ideas con el gobierno español en la mesa de negociación. Preguntado directamente sobre si cree que la coalición de gobierno se puede romper, dice que lo considera "improbable". En una de las mesas hay también diputados y senadores de Junts como Josep Pagès y Josep Lluís Cleries. Y todo lo que son dardos para Junts son elogios para los representantes del PNV y EH Bildu, presentes con sus primeras espadas, Aitor Esteban y Mertxe Aizpurua.

Mensaje a Marchena

El escenario del desayuno es el famoso Hotel Palace (sí, el de la foto de Duran i Lleida leyendo El País), un lugar que intenta transmitir una imagen de magnificencia y glamur que los clientes norteamericanos con bermudas y gorra de béisbol al revés se encargan convenientemente de echar por tierra. El último mensaje de Junqueras, y este sí pensado para el auditorio madrileño, es para Manuel Marchena, presidente del tribunal que lo condenó. "Ahora puedo abrir más puertas [internacionales] que antes de pasar por la prisión. Quiero pensar que los que tomaron la decisión eran perfectamente conscientes de ello", afirma con una media sonrisa. Y es que a lo largo de su intervención el presidente de ERC insiste repetidamente en que los organismos internacionales y los tribunales de justicia europeos han dado la razón una y otra vez a los independentistas catalanes.

Esther Capella, Oriol Junqueras y Marta Vilalta en un desayuno informativo en Madrid.

Al final Junqueras se sale con la suya y consigue colar en sus respuestas reflexiones sobre política monetaria y demografía mundial ("¿Saben ustedes que antes de 2050 Nigeria tendrá más habitantes que toda Europa, con Rusia incluida?"), con las que básicamente busca proyectar la imagen de que él no es un político al uso, sino un profesor universitario haciendo de político de forma circunstancial. Cuando baja de la tribuna se le acerca el Padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros por la Paz y una figura emblemática de la Iglesia obrerista española. Entre el público sobresale la presencia de un exministro de Zapatero como Pepe Blanco, pero nadie más del PSOE ni del gobierno español.

Antes de marcharse, Junqueras se acerca a un camarero, que lo mira con cara de estupefacción, para agradecerle el trabajo hecho. No se da cuenta de que unos pasos más allá el organizador del desayuno está abroncando a los trabajadores. Se ve que algo no le ha gustado, además del discurso de Junqueras.

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