La legislatura catalana

La lista unitaria independentista planea sobre la negociación de la investidura

Juntos aspira, al menos, a un pacto con ERC y presionar al PSC para investir a Puigdemont

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El expresidente Carles Puigdemont junto a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en una imagen de archivo.

BarcelonaDesde que empezó el Proceso existe una idea que siempre ha planeado sobre el independentismo: la llamada lista unitaria. Una candidatura que sólo se materializó en el 2015 con la configuración de Junts pel Sí, una coalición entre CDC y Esquerra –que no incluyó a la CUP por la negativa de los anticapitalistas–, y que lideró el gobierno durante el referéndum '1 de Octubre. Aquella experiencia no se ha repetido nunca más: ni con las elecciones convocadas a raíz del 155 después de la declaración de independencia ni mucho menos después, cuando las relaciones entre Esquerra y Junts se han enrarecido cada vez más. Ahora bien, en el marco de la negociación para la investidura de la presidencia de la Generalitat tras el 12-M, esta idea ha vuelto a despegar en caso de que haya una repetición electoral.

Voces de Junts, que siempre han apostado por la "unidad" del independentismo, la defienden: su valoración de JxSí es positiva, aunque Esquerra no ha querido volver a tenerla en cuenta. Oriol Junqueras y Marta Rovira llegaron a la coalición arrastrando los pies, presionados por Artur Mas, el ANC de Jordi Sánchez, Òmnium y la Asociación de Municipios por la Independencia. Tanto es así que muchos cuadros del partido se conjuraron para no repetir esa experiencia. Ahora bien, desde la bancada juntera no lo dan por perdido. "No es una fantasía", se reafirma una de las fuentes consultadas por el ARA. En cambio, en Esquerra la mayoría de voces rechazan volver a configurar una coalición como la del 2015. "Si demasiado a menudo nos ponen la lista única sobre la mesa, al final vemos que la intención debe ir a una repetición electoral", replica la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en una entrevista en el ARA que se publica este domingo. "Parece que no tengan memoria", apunta un representante territorial, quien recuerda que JxSí se quedó a seis diputados de la mayoría absoluta. "Son ideas que solo tienen un rédito electoralista", añaden desde la dirección republicana.

La estrategia de Junts pasa, primero, por reponer puentes con los republicanos y alcanzar al menos un pacto de investidura para apoyar a Carles Puigdemont, ya que, si alcanzan el acuerdo, creen desde JxCat, será el PSC quien, negándose a la abstención, estará "bloqueando" la posibilidad de tener Govern. Lo verbalizó el propio secretario general de Junts, Jordi Turull, en una entrevista esta semana en Catalunya Ràdio. "Si cerramos un acuerdo con Esquerra, Salvador Illa tendrá que decidir si se va al colapso o no", dijo, resaltando que los independentistas sumarán 55 diputados frente a los 48 del PSC y los comunes. Desde ERC aseguran que Junts no les ha puesto ninguna propuesta sobre la mesa para abordar un pacto de gobierno y piden a los junteros que "primero lleven la abstención del PSC".

El escenario de la repetición electoral

Oficialmente desde Junts no hablan de lista unitaria, pero varias fuentes apuntan a que sería una opción a plantear si se llega a un clima de confianza con Esquerra. Si se pacta un gobierno para la investidura, aunque sea fallida, sería más fácil después presentarse al menos con un programa conjunto, argumentan. ¿Cuál es la ventaja de la lista unitaria según sus defensores? Que a diferencia de las últimas contiendas electorales, una fuerza independentista podría ser primera fuerza en las elecciones y tener más opciones de reclamar la presidencia a pesar de que no sea capaz de reunir mayoría absoluta –este 12-M la perdió por primera vez desde el 2012 –. Es decir, de reclamar con más motivos que los socialistas se abstuvieran.

"No saltamos pantallas", respondió taxativo Turull a Catalunya Ràdio, aseverando que primero deben "concentrarse" en lograr un acuerdo para la investidura –que ahora mismo, admitió, no existe con Esquerra– y que después ya se verá qué ocurre en función de cómo hayan ido estas conversaciones. "Estos dos meses de diálogo [con ERC y la CUP] pueden permitir que vayamos a unas nuevas elecciones con unas condiciones de complicidad mucho mayores que últimamente", añadió, sin mojarse sobre la fórmula. Son Turull y el propio Puigdemont quienes pilotan con total discreción las conversaciones con la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, aprovechando precisamente la buena relación que la republicana tejió con Turull durante la época de Junts pel Sí como portavoz y presidente del grupo, respectivamente. Rovira se reunió dos veces con Carles Puigdemont en Ginebra, pero también al menos tres veces de forma telemática a lo largo de las últimas semanas, según fuentes conocedoras. En estas reuniones también ha participado Turull.

Quien sí ya ha defendido ahora la lista conjunta abiertamente es el expresidente Artur Mas, que fue su principal artífice en el 2015. "Soy más que consciente de las enormes dificultades de un esquema como este. Sé de las reticencias, y incluso de la insoportable urticaria que esto provoca en algunos", admitía en un artículo en el ARA, pero añadía: "Si finalmente el escenario aboca a repetir las elecciones, cambie el tablero de juego, encaje las piezas del rompecabezas y gane".

Negociación a dos bandas de Esquerra

Esquerra tiene abiertas negociaciones a ambos lados, tanto con el PSC como con Junts. Ahora bien, la vía de los socialistas es la que ahora ven con más opciones de explorar. Fuentes conocedoras aseguran que el PSC ya ha empezado a poner propuestas sobre la mesa, aunque la negociación está todavía en el inicio. "Algunos nos han entregado una guía en puntos, los demás todavía no nos dicen qué quieren priorizar si gobiernan el país", explica Rovira en la misma entrevista con el ARA en referencia al PSC ya Junts, respectivamente.

El concierto económico es la principal condición para investir a Salvador Illa: habrá que ver hasta dónde ceden los socialistas y hasta dónde están dispuestos a aceptar a los republicanos. Ahora bien, todo esto quedará en manos de las bases porque el partido someterá el eventual acuerdo a una consulta. Hay parte de la militancia, pero también representantes territoriales, que rechaza por completo explorar un acuerdo con el PSC.

"¿Por un pacto fiscal debemos vendernos?", se pregunta una voz del territorio. De hecho, hay militantes que consideran que primero debería explorarse un pacto con Carles Puigdemont y no con Salvador Illa. Una teoría que contrasta con la estrategia de la dirección, que sólo ve viable ahora mismo explorar un acuerdo con el líder socialista. También hay otros que avalan la táctica negociadora de la cúpula, pero insisten en no regalar la investidura "gratis". En este sentido, admiten que no les da miedo una repetición electoral aunque esto les comporte un bajón electoral y puedan perder el papel de clave. "Quizá ahora, en plena crisis interna, no debemos tenerlo", apunta otra voz. Sea como fuere, lo cierto es que la última palabra sobre si llega un acuerdo con Junts o con el PSC la tendrá la militancia de ERC.

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