Salvador Illa se estrena con una visita de apoyo a los Mossos

El ministerio del Interior admite que no detectó a Puigdemont en la frontera y culpa a la policía catalana del operativo fallido

Nuria Parlon y Salvador Illa.

MadridCon la polémica por el dispositivo fallido de los Mossos para detener al expresidente Carles Puigdemont todavía abierta, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, escenificará este miércoles su apoyo a la policía catalana en su primer acto como jefe del ejecutivo. Isla estrena mañana la agenda presidencial con una visita al complejo central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell, donde también se reunirá con los sindicatos. Irá acompañado de la consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, que tiene el encargo de reconducir la crisis a la policía catalana de la mano del mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, como director de la policía. El nombramiento no es todavía oficial, pero se espera para los próximos días.

Tras el enfrentamiento abierto entre Interior y Puigdemont, la incógnita era saber cómo se posicionaría el gobierno de Isla sobre la actuación de la policía catalana el día de la investidura para cumplir con la orden de detención dictada por el Supremo. En la rueda de prensa tras el primer consejo ejecutivo este martes, la portavoz del Govern y consellera, Sílvia Paneque, ha evitado mojarse argumentando que se trata de un caso "judicializado". Además, ha afirmado no tener "constancia" de si los Mossos ya han enviado al juez Pablo Llarena el informe en el que les pide explicaciones sobre el dispositivo fallido.

En todo caso, los Mossos no fueron los únicos que fracasaron en el intento de detener a Carles Puigdemont el día que reapareció en Catalunya. En un escrito trasladado al Tribunal Supremo a petición del juez Llarena, el ministerio del Interior admite que el expresidente también se les fugó a la Guardia Civil ya la Policía Nacional. "En los dispositivos de control y vigilancia establecidos en la frontera con Francia, así como en puertos y aeropuertos, no se detectó en ningún momento y hasta ahora la presencia del prófugo Carles Puigdemont". Es decir, que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no vieron al diputado de Junts ni entrar ni salir de Catalunya.

El pasado viernes el magistrado instó a los Mossos y al ministerio del Interior a remitirle un informe sobre el operativo que habían diseñado a fin de cumplir con la orden de detención, teniendo en cuenta que la aparición de Puigdemont estaba más que anunciada con motivo del debate de investidura en el Parlament. Según ha informado el departamento que lidera Fernando Grande-Marlaska, la libre circulación de personas por los países que conforman el espacio Schengen impidió que se reforzaran los controles fronterizos y, por tanto, que se pudiera garantizar una "impermeabilidad absoluta". El endurecimiento puede aplicarse ante una amenaza grave de la seguridad interior o por alteración del orden público, y así se hizo con motivo del coronavirus, pero el ministerio subraya que la obligatoriedad de detener a Puigdemont no es un supuesto para incrementar los controles en las fronteras.

Responsabilidad de los Mossos

Ya dentro de Catalunya, la competencia para la detención era de los Mossos, subraya el ministerio, y la policía catalana informó del dispositivo que había diseñado. Según el informe trasladado al Supremo, se ofreció apoyo operativo de la policía española y la Guardia Civil, “sin que fueran requeridos más allá de los efectivos habituales que se prestan a través de la mesa de coordinación operativa y de intercambio de información e inteligencia”. Fuentes de Junts trasladan que había guardias civiles de paisano entre el público durante el mitin de Puigdemont en el Arc de Triomf de Barcelona. En este sentido, el ministerio insiste en que en los días previos al 8 de agosto se mantuvieron activados los controles habituales, pero no se llevaron a cabo operativos paralelos al de los Mossos.

El acto de recibimiento a Carles Puigdemont.

Ahora bien, una vez se constató que Puigdemont había desaparecido tras el acto en el paseo Lluís Companys, la Guardia Civil y la Policía Nacional sí activaron "recursos extraordinarios" operativos y de inteligencia. Se reforzó la vigilancia en los aeropuertos y puertos y salieron agentes en las carreteras, especialmente en las fronterizas. No en las autopistas, donde los Mossos montaron su operativo Jaula, sino en vías secundarias. El dispositivo estuvo activo hasta la medianoche del sábado. Ni los Mossos, ni la Guardia Civil ni la Policía Nacional vieron a Puigdemont, que iba hacia Waterloo. Ante la respuesta de la Moncloa, que responsabilizó a los Mossos del dispositivo fallido, fuentes del cuerpo catalán lamentan que el ministerio se sacuda todas las responsabilidades y apuntan que a ellos también se les escapó porque controlan las fronteras. Los Mossos también tendrán que ajustar cuentas con Llarena y el comisario jefe, Eduard Sallent, dijo que sería en esta respuesta al magistrado del Supremo donde expondrían a fondo qué falló.

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