El post 23-J

¿Un soberanista en la mesa del Congreso?

En nueve de quince mandatos, partidos nacionalistas vascos o catalanes han tenido asiento en la mesa

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La primera reunión de la mesa del Congreso en 1982

BarcelonaCon el objetivo de imponerse al PP en la mesa del Congreso, el PSOE se ha abierto a ceder algún asiento del órgano rector de la cámara a un partido soberanista y ha asegurado que hay conversaciones "con todo el mundo" . No en vano, Pedro Sánchez defendió durante la campaña que, cuando es necesario, puede buscar alianzas "hasta debajo de las piedras". No sería nada extraordinario; aunque hace ya ocho años que no pasa, porque CiU o PNV han estado presentes en la mesa en nueve de las quince legislaturas que llevamos en democracia. La tradición de incluirlos empezó, de hecho, ya en la segunda legislatura, de la mano de Felipe González.

El socialista, que había obtenido una victoria abrumadora con 202 diputados, 134 senadores y más de diez millones de votos, facilitó que la secretaría cuarta de la mesa la ocupara el grupo de la Minoría Catalana, con 12 diputados: Josep Maria Trias de Bes fue el elegido por la federación nacionalista. Trias de Bes repitió en la secretaría cuarta en la siguiente legislatura y, tras las elecciones de 1989, durante el tercer mandato de González, el PSOE le cedió una vicepresidencia del Congreso. En ese momento, Convergència era la tercera fuerza de la cámara baja, empatada a 18 escaños con Izquierda Unida, que accedió a una secretaría cuarta. Desde la constitución de las Cortes, el tercer partido de la cámara prácticamente siempre ha tenido un asiento en la mesa, como también ocurrió con Vox, que ostenta la vicepresidencia cuarta desde el 2019. La diferencia es que hace cuatro años, Vox tenía suficientes diputados para asegurarse un puesto y, en cambio, CiU necesitaba imperiosamente el apoyo o bien del PSOE o del PP.

Hay, sin embargo, una excepción en la quinta legislatura. En 1993 González logró revalidar el mandato gracias a un pacto de investidura con CiU y el PNV. Izquierda Unida (IU), que había sido tercera fuerza con 18 escaños, no tuvo asiento en la mesa. En cambio, CiU (con 17 diputados) ascendió a la vicepresidencia tercera de la mano de Josep López de Lerma y el PNV (con 5) entró, junto a Emilio Olabarría, en la secretaría cuarta. Éste fue el último mandato de González, que dio paso a la primera presidencia de José María Aznar, en 1996. Pero la llegada del PP al gobierno no dejó los partidos soberanistas sin asiento en la mesa. Aznar, que obtuvo el apoyo de CiU a la investidura (fue el año del famoso Pacto del Majestic) facilitó la entrada en la vicepresidencia tercera de la mesa en CiU y en la secretaría cuarta en el PNV. En el segundo mandato del presidente conservador, CiU se mantuvo en la vicepresidencia cuarta de la mesa, pero no el PNV.

El máximo cargo que CiU ostentó en la mesa fue, sin embargo, en la primera etapa de José Luis Rodríguez Zapatero (2004), cuando obtuvo la vicepresidencia segunda con Jordi Vilajoana, mientras que durante su segundo mandato (2008 ) CiU pasó a la vicepresidencia cuarta y el PNV en la secretaría segunda. La última vez que un partido soberanista estuvo en la mesa fue en el 2011, en la etapa previa al Proceso, cuando CiU, con 16 escaños, volvió a la vicepresidencia cuarta de la mesa, pese a la mayoría absoluta del PP .

Perfiles moderados

Los perfiles escogidos para el cargo han sido invariablemente moderados. Empezando por Trias de Bes, que en 1995 abandonó CiU para dar el salto al PP de Aznar. Jordi Jané, vicepresidente entre el 2008 i el 2015, por su parte, admitió durante el juicio por el 1-O que había dimitido de su cargo como consejero de Interior por la posibilidad de que se celebrara el referendo de forma unilateral. Vilajoana había participado en cargos de relevancia en los gobiernos de Pujol, y tras pasar por las Cortes españolas se convirtió en secretario general de la presidencia del ejecutivo de Artur Mas. Por su parte, López de Lerma, que entró en el Congreso en 1980, se dio de baja de CDC en 2011, antes del inicio del Proceso, y pidió el voto para el PSC ese año en las elecciones municipales a Girona.

La presencia de los nacionalismos catalán y vasco en la mesa del Congreso ha sido, pues, una constante favorecida por los buenos resultados electorales de CiU (que a menudo fue tercera fuerza en el Estado), y también por los dos partidos mayoritarios, tanto socialistas como conservadores, aunque el PSOE con mayor énfasis. En el Senado, cámara de representación territorial, la presencia de partidos no estatales es aún más acentuada y constante excepto en las dos primeras legislaturas. Destaca la cuarta legislatura, cuando una agrupación de formaciones de las Islas Canarias ocupó la secretaría cuarta de la mesa del Senado.

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