BarcelonaSiguiendo la teoría de la probabilidad, si miles de personas respondieran a un cuestionario sin preguntas pero con dos posibles respuestas ("sí" y "no"), habría que concluir que el porcentaje de cada una se iría acercando progresivamente al 50%. Pero ya en 1954, los investigadores Berg y Rapaport –que hicieron exactamente este experimento– se dieron cuenta de que no era exactamente así: los humanos tenemos tendencia a responder que sí.
Es un fenómeno que se detecta fácilmente en las encuestas, pero que también vale para las preguntas de un partido político. En el caso de Junts, sin embargo, se suprime buena parte del componente aleatorio de la respuesta. Los militantes están politizados y movilizados y, además, tienen un preámbulo que los hace intuir qué opina la dirección. ¿Tendrá algún efecto el yes-saying?